La iniciativa se enmarca dentro de la política de defensa canadiense Our North, Strong and Free, cuyo objetivo es fortalecer las capacidades de las Fuerzas Armadas y, en particular, de la Marina Real Canadiense, frente a los desafíos de seguridad nacional y soberanía en el Ártico. Con la costa marítima más extensa del mundo, Canadá considera esencial contar con una flota de submarinos de nueva generación, capaces de operar en aguas árticas con mayor alcance, autonomía, sigilo y capacidad ofensiva.
El nuevo programa apunta a dotar a Canadá de hasta 12 submarinos avanzados, que no solo garanticen el control de sus tres océanos, sino que también permitan a Ottawa contribuir de forma más activa en operaciones conjuntas con aliados internacionales. Además, el CPSP contempla un impacto económico significativo, al vincular a la industria nacional en la construcción, mantenimiento y soporte logístico de las futuras unidades, generando empleos de alto valor agregado.
Las autoridades canadienses han subrayado que el proyecto busca evitar vacíos de capacidad, dado que la actual flota de clase Victoria, adquirida de segunda mano al Reino Unido en 1998, solo podrá mantenerse operativa hasta mediados o finales de la década de 2030. El primer submarino de nueva generación deberá ser entregado a más tardar en 2035, asegurando una transición fluida entre clases.
La decisión se tomó tras evaluar exhaustivamente la experiencia de los oferentes y el cronograma de producción, además de consultar con gobiernos y armadas extranjeras que han emprendido procesos similares. En este sentido, la selección de TKMS y Hanwha representa no solo un paso clave en la renovación de capacidades estratégicas, sino también una apuesta por diversificar alianzas de defensa en un contexto global cada vez más complejo.
![]() |
Canadá avanza en el reemplazo de su flota submarina con selección de astilleros finalistas |