El régimen de Vladimir Putin ha resucitado su vieja flota de tanques de guerra T-62 de la era soviética para ayudar en su invasión de Ucrania. Videos que han sido publicado en redes sociales recientemente, muestran cómo decenas de T-62 extraídos de los depósitos rusas eran entregados en la ocupada ciudad de Melitopol a las tropas de Moscú y milicianos separatistas de las regiones de Donetsk y Lugansk.
Desde el inicio de la guerra en febrero, las fuerzas rusas han perdido más de 700 de sus blindados más avanzados, entre los que se destacan los modelos T-72, T-80 y T-90. Para compensar estas grandes pérdidas, Rusia está recurriendo a su envejecida y extremadamente vulnerable flota de plataformas más antiguas, que no cuentan con los niveles de protección, armamento y ópticas de los blindados más modernos.
Rusia sigue ganando terreno en el Donbás, en el este de Ucrania, a costa de grandes pérdidas humanas, de la destrucción de su artillería y de la aniquilación de sus blindados a manos de los misiles Javelin de Ucrania, enviados por Reino Unido y Estados Unidos, que están haciendo estragos entre las unidades rusas.
Antes del inicio de la invasión el 24 de febrero, el régimen de Putin disponía de unos 2.800 tanques en activo, pero poco a poco el inventario se está reduciendo por la efectividad de los ataques enemigos, asistidos en todo momento por los datos de inteligencia de Estados Unidos y otros países de la OTAN.
Uno de los objetivos más recurrentes está siendo el T-72, el caballo de batalla de las fuerzas soviéticas y posteriormente rusas, debido no solo al acierto de los soldados ucranianos sino también a un error fatal en el diseño, que lo hace vulnerable a sufrir explosiones catastróficas una vez impactados.
Kiev asegura que Moscú ha perdido en los tres meses de guerra 1.349 carros blindados. El inusitado ritmo de destrucción es tal que el Kremlin ha movilizado viejos tanques soviéticos que permanecían aparcados en los hangares desde hace años.
Una de esas piezas desempolvadas en los últimos días es el mencionado T-62, un carro obsoleto que pesa 41 toneladas y que tiene un cañón de 115 milímetros y blindaje de acero. Fabricado en la URSS entre 1961 hasta 1975, fue el tanque soviético más importante hasta que entró en servicio el T-72 en el año 1969. En el año 2010, el renacido T-62 fue retirado de los arsenales del Ejército ruso ante el auge de modelos mucho más modernos como el T-90.
El Ministerio de Defensa del Reino Unido confirmó los avistamientos de los tanques T-62 rusos viajando por Ucrania. El ministerio detalló que la flota estaba siendo trasladada desde un almacén ubicado en lo profundo de Rusia para apoyar a la Agrupación de Fuerzas del Sur en el combate. Además, la inteligencia británica afirmó que la antigua flota de tanques sería especialmente susceptible al armamento antitanque.
“Como resultado de las pérdidas sufridas durante las hostilidades, el enemigo ruso se vio obligado a retirar del almacenamiento los tanques T-62 para reclutar Grupos Tácticos de Batallones de reserva que se están formando para ser enviados a Ucrania”, señaló el ministerio.
A lo largo de los años, el T-62 ha experimentado algunas mejoras para ayudar a proteger el vehículo de los misiles antitanque. A principios de la década de 1980, el T-62 evolucionó hasta convertirse en el T-62M. La nueva variante estaba equipada con una mayor protección de la torreta frontal, lo que mejoró las posibilidades de supervivencia de la plataforma en combate.
Los expertos estiman que el arsenal de Rusia incluye cerca de 10.000 tanques. Esta cifra indica que, si bien Moscú ha recurrido al envío de los anticuados T-62, aún puede disponer de miles de T-72 y T-80 en su inventario. Sin embargo, es probable que estos tanques más modernos no estén en condiciones operativas, obligando a Moscú a recurrir a su variante inferior.
Rusia desempolvó sus viejos y obsoletos tanques T-62M para combatir en Ucrania y reponer pérdidas. |