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Francia tiene previsto encargar cuatro aeronaves de transporte Airbus A400M Atlas adicionales mientras la Fuerza Aérea y del Espacio francesa amplía el papel operativo de la plataforma hacia misiones emergentes como guerra electrónica, inteligencia y ataques de largo alcance. El aumento de la flota, recogido en documentos presupuestarios del Gobierno y avanzado por Opex360, elevaría el parque francés a 41 A400M, en línea con lo previsto por la Ley de Programación Militar 2024–2030.

El pedido se produce tras los compromisos adquiridos en el Salón Aeronáutico de París 2025, donde Airbus y la Organización Conjunta para la Cooperación en Materias de Armamento (OCCAR) movieron ficha para asegurar la continuidad de la línea de producción del A400M, con el respaldo explícito de Francia y España. Parte de las nuevas células podrían ser destinadas a unidades especializadas: en julio de 2025 se informó que el Ministerio de las Fuerzas Armadas baraja asignar aeronaves al Grupo Mixto Aéreo 56 Vaucluse, que opera para el servicio de inteligencia exterior francés (DGSE), como reemplazo de sus veteranos C-130H Hercules.

Airbus está reposicionando activamente el A400M más allá de su papel originario de “heavy lifter”. En París, responsables de la división militar de Airbus describieron al Atlas como una valiosa fuente de datos operacionales: una plataforma capaz de funcionar como “colectora de datos” cuando se le integran cargas modulares. Configuraciones futuras podrían elevar el margen de carga útil hacia la cifra de 40 toneladas, lo que abriría la puerta al transporte y lanzamiento de decenas de vehículos aéreos no tripulados de pequeño tamaño o de un número reducido de drones mayores. En ese sentido, el A400M se estudia para misiones de ISR (inteligencia, vigilancia y reconocimiento) y guerra electrónica mediante paquetes modulares que se instalan y retiran con rapidez, permitiendo que el avión actúe como nodo de comunicaciones y centro de datos en un entramado de sistemas.

El potencial del Atlas para servir de “porta-drones” quedó confirmado en una demostración de 2022, cuando un A400M lanzó un dron desde su rampa de carga abierta y mantuvo el enlace de datos con la aeronave desplegada, transmitiendo información en tiempo real. Esa prueba demostró la viabilidad del concepto en el marco de arquitecturas de futuro, como el ecosistema del Future Combat Air System (FCAS). En el Salón de 2025, MBDA mostró un prototipo de “pallet genérico para municiones airdropeadas” junto a un A400M francés, ilustrando cómo plataformas de transporte pueden convertir su compartimento de carga en un lanzador de efectos —desde misiles de crucero hasta misiles superficie-aire ligeros y municiones “loitering”— mediante paletas estandarizadas.

Las iniciativas comerciales y de I+D complementan ese esfuerzo. Se han anunciado colaboraciones entre grupos como Thales y startups europeas para desarrollar drones kamikaze palletizables diseñados para despliegue masivo, y otros actores internacionales han explorado soluciones similares. En Estados Unidos, el programa Rapid Dragon demostró que misiles de crucero JASSM-ER pueden lanzarse desde cajas paletizadas en aeronaves de transporte sin modificaciones extensas, convirtiendo cargueros en plataformas de ataque standoff; experimentos posteriores confirmaron la robustez del concepto en escenarios operacionales. Japón, por su parte, estudia soluciones análogas para su Kawasaki C-2.

La trayectoria que propone Francia responde a la tendencia creciente entre fuerzas aéreas avanzadas de extraer nuevos efectos de combate de sus flotas logísticas, multiplicando la utilidad táctica de un activo tradicionalmente dedicado al transporte estratégico y táctico. El paso hacia configuraciones multirrol plantea sin embargo retos significativos: adaptación de la cadena logística, dotación y formación de tripulaciones y técnicos en nuevos subsistemas (comunicaciones, enlaces de datos, guerra electrónica), certificación y pruebas operativas, así como la definición de doctrina para integrar esas capacidades en campañas combinadas.

En el plano industrial y presupuestario, la compra de cuatro A400M adicionales reafirma el apoyo de París a la producción europea del aparato y responde a la necesidad de mantener un número de células suficiente para sostener tanto misiones tradicionales como nuevas configuraciones experimentales. La potencial dedicación de unidades al servicio de inteligencia y a misiones de efecto —junto con la interoperabilidad buscada por programas europeos— sitúa al A400M en una posición estratégica: no solo como transporte pesado, sino como un multiplicador de capacidad que puede contribuir a la proyección de poder y la recolección distribuida de información en teatros lejanos.

Si Francia materializa el encargo y consolida las modificaciones modulares que se vienen ensayando, el A400M podrá convertirse en un elemento clave de la transición hacia fuerzas aéreas más resilientes y flexibles, capaces de combinar movilidad estratégica con funciones de vigilancia, mando y control, y —cuando proceda— generación de efectos de combate desde la retaguardia.
Francia planea adquirir cuatro Airbus A400M adicionales para fortalecer su flota de transporte estratégico
Francia planea adquirir cuatro Airbus A400M adicionales para fortalecer su flota de transporte estratégico
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