China ha confirmado oficialmente el desarrollo de un avanzado misil hipersónico aire-aire, marcando un hito significativo en las tecnologías aeroespaciales y de defensa. El anuncio fue publicado el 19 de enero de 2025 por el diario South China Morning Post, con sede en Hong Kong, tras pruebas exhaustivas que incluyeron ensayos de resistencia a altas temperaturas, diseñados para cumplir con los estrictos requisitos de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (PLAAF). Este desarrollo representa un serio desafío para los sistemas de defensa aérea existentes y podría alterar la dinámica de la superioridad aérea, especialmente contra aeronaves avanzadas como el bombardero furtivo estadounidense B-21 Raider, actualmente en fase de pruebas de vuelo.
La existencia de este misil se confirmó a través de un artículo publicado por científicos chinos, que detallaron los sofisticados procedimientos de prueba, incluyendo el uso de túneles de viento con arcos térmicos. Estos túneles especiales simulan las condiciones extremas que enfrentan los vehículos hipersónicos, con temperaturas que alcanzan miles de grados Celsius, mucho más allá de lo que soportan los misiles convencionales. Las pruebas de resistencia al calor forman parte de los esfuerzos de China por superar uno de los principales desafíos del vuelo hipersónico: el calentamiento aerodinámico. A velocidades superiores a Mach 5, los misiles hipersónicos generan una fricción intensa con la atmósfera, lo que provoca temperaturas extremas que pueden comprometer la integridad estructural o dañar los sistemas electrónicos internos. Para garantizar la fiabilidad del misil, China ha llevado a cabo ensayos extensivos, incluyendo pruebas en túneles de viento de alto costo utilizados generalmente para misiones espaciales, como simulaciones de aterrizajes en Marte.
Los misiles hipersónicos aire-aire, capaces de alcanzar velocidades superiores a Mach 5, presentan desafíos y oportunidades inéditas en el combate aéreo. A diferencia de los misiles aire-aire tradicionales, que operan generalmente dentro de un rango de varios cientos de kilómetros, las variantes hipersónicas pueden alcanzar objetivos a más de 1,000 km de distancia, ampliando significativamente el alcance operativo de plataformas como el caza chino J-16. Esta mayor distancia no solo representa un aumento en el rango, sino también en la velocidad. Los misiles hipersónicos pueden cubrir esa distancia mucho más rápido que sus contrapartes subsónicas, dejando a los adversarios con menos tiempo para reaccionar y con trayectorias increíblemente rápidas que evaden la intercepción.
La introducción de esta arma tiene implicaciones graves para las estrategias de combate aéreo a nivel global, especialmente para las fuerzas armadas de EE. UU. y sus aliados. El bombardero furtivo B-21 Raider, diseñado con capacidades avanzadas de sigilo y ataques de largo alcance, representa la cúspide del poder aéreo estadounidense. Sin embargo, la amenaza de los misiles hipersónicos podría forzar una reevaluación de cómo se despliegan estos aviones en espacios aéreos disputados. El B-21 fue concebido bajo el supuesto de que los adversarios dependerían de amenazas antiaéreas tradicionales, como misiles tierra-aire y cazas. Los misiles hipersónicos, sin embargo, pueden comprometer incluso a los bombarderos furtivos más avanzados a distancias mucho mayores de las que permiten los sistemas de intercepción convencionales.
Aunque el misil hipersónico aire-aire de China representa un avance significativo, no es un desarrollo aislado. Otros países también han logrado avances importantes en tecnología de misiles hipersónicos y supersónicos. Estados Unidos, por ejemplo, trabaja activamente en una gama de sistemas de misiles hipersónicos a través de programas como el Hypersonic Air-breathing Weapon Concept (HAWC) y el Air-launched Rapid Response Weapon (ARRW). Si bien estos sistemas están orientados principalmente a aplicaciones tierra-aire y aire-tierra, reflejan el interés estadounidense en mantenerse al ritmo de China y Rusia en la carrera hipersónica.
Rusia, por su parte, ha demostrado avances notables con su misil Kinzhal, diseñado principalmente para ataques aire-tierra. Sin embargo, se espera que este sirva como base para desarrollar variantes aire-aire. El Kinzhal, lanzado desde un caza MiG-31, ya ha sido utilizado en combate, lo que demuestra su potencial en escenarios reales. No obstante, tanto Estados Unidos como Rusia han enfocado sus esfuerzos en misiones de ataque de largo alcance más que en el combate aire-aire, un nicho que China parece estar liderando.
El desarrollo de misiles aire-aire supersónicos e hipersónicos abre una nueva frontera en la guerra aérea. Estas armas ofrecen mayores rangos y velocidades que los misiles tradicionales, eliminando la dependencia de guías por radar y actualizaciones en vuelo desde la plataforma de lanzamiento. Un misil hipersónico puede impactar objetivos con poca o ninguna advertencia, alterando radicalmente la dinámica del combate aéreo. Aeronaves más lentas, como cisternas, bombarderos y plataformas de alerta temprana, tendrán opciones limitadas para evadir estos ataques.
Las implicaciones estratégicas de esta tecnología son profundas. Las fuerzas aéreas deben reconsiderar sus estrategias de defensa frente a estas amenazas avanzadas. Países como Estados Unidos tendrán que desarrollar contramedidas capaces de neutralizar o mitigar el impacto de misiles hipersónicos, lo que podría incluir mejores sistemas de detección, capacidades de intercepción más rápidas y tácticas avanzadas de guerra electrónica.
El desafío no solo es tecnológico, sino también económico. Los sistemas hipersónicos, debido a su ingeniería compleja y altos costos operativos, representan una inversión significativa. Por ahora, solo un puñado de naciones, como China, Estados Unidos y Rusia, invierten considerablemente en esta tecnología de vanguardia. Sin embargo, a medida que la carrera armamentista se intensifica, otros países podrían desarrollar sus propias variantes, transformando el equilibrio futuro de la superioridad aérea.
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China está desarrollando un misil hipersónico aire-aire que representaría una nueva amenaza para el bombardero furtivo B-21 de EEUU |