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(Roberto García Hernández, Rionegro) - En una fría noche, en medio de un patrullaje en el las montañas del noroeste antioqueño, un soldado del Ejército Nacional es herido de gravedad por un artefacto explosivo improvisado, instalado por los grupos armados terroristas que hacen presencia en la región; de inmediato, sus compañeros de pelotón se apresuran socorrerlo y brindarle los primeros auxilios, pero al llegar al punto donde ocurrió la explosión el panorama es mucho más grave de lo que imaginaban. Su 'lanza' está en una condición crítica y necesita ser evacuado del área de manera inmediata.

El comandante de la unidad militar busca su radio y emite a sus superiores un mensaje de auxilio, se necesita una aeronave que rescate al soldado en medio de la penumbra y la agreste topografía de esa región del país. 

Este requerimiento llega hasta el Centro de Comando y Control (CCOBA) del Comando Aéreo de Combate N°5 ubicado en la Base Aérea Arturo Lema Posada, desde donde se despacha en reacción la tripulación de un helicóptero de búsqueda y rescate en combate (CSAR) UH-60L 'Ángel' de la Fuerza Aérea Colombiana, quienes se mantienen en alerta las 24 horas del día para atender estas delicadas misiones especiales.

El helicóptero Black Hawk despega del Aeropuerto Internacional José María Cordova, que comparte instalaciones con la base de la Fuerza Aérea y pone rumbo, a toda velocidad, hacia el lugar donde se encuentra el soldado caído en desgracia.

Usando visores nocturnos y empleando toda su pericia para volar, los pilotos de esta poderosa aeronave sortean las inclemencias climáticas con un solo objetivo en su mente, llegar en el menor tiempo posible al punto establecido y extraer con vida al militar.

En la parte trasera de la cabina, un grupo de médicos y técnicos de la especialidad Seguridad y Defensa de Bases, especialistas en rescate de personal, alistan todo su equipo, medicinas y los aparatos de monitoreo que servirán para estabilizar el paciente una vez se encuentre a bordo. Además, debido a escabroso terreno y la altura de los árboles circundantes, preparan una grúa y una camilla para izar al paciente desde el suelo; el helicóptero no podrá aterrizar y deberá mantener un vuelo estacionario para poder realizar la maniobra de rescate.

Una vez en el punto, con una agilidad sin precedentes, los rescatistas de la Fuerza Aérea Colombiana descienden del aparato suspendido sobre las copas de los árboles; en medio de un ruido ensordecedor que para el soldado herido se convierte en el sonido de la esperanza y la posibilidad de ser salvado.

En tierra y con una velocidad sorprendente, producto de la experiencia al realizar centenares de misiones como esta, los rescatistas aseguran al colega herido y lo izan hasta el Black Hawk que se encuentra unas decenas de metros sobre sus cabezas.

Una vez el herido es subido a bordo, el piloto de la aeronave vuela directamente hacia Medellín, exigiendo al máximo los motores del aparato para lograr volar a la velocidad más alta que permite la aeronave y llegar a un centro médico en el menor tiempo posible. Cada segundo cuenta para salvar la vida de este héroe de la patria.

Debido al elevado performace del UH-60 Black Hawk, el paciente arriba a un hospital de alta complejidad de la ciudad en el tiempo establecido y totalmente estabilizado gracias a los ingentes esfuerzos durante el vuelo de los médicos y rescatistas. Tras sentar ruedas en el helipuerto de la instalación médica, doctores especializados en este tipo de traumas tomarán el caso y realizarán múltiples intervenciones quirúrgicas que salvarán la vida del valiente soldado. 


Escenarios como este se repiten día a día en todas las regiones del país donde la Fuerza Aérea Colombiana mantiene desplegados los helicópteros de rescate UH-60L 'Ángel'. Estas aeronaves gracias a sus características y su gran rendimiento se han convertido en herramientas invaluables para salvar la vida de miles de colombianos, sin importar si son militares, civiles o inclusive los mismos terroristas que tratan de afectar la tranquilidad de la ciudadanía.

En el reciente Media Tour que realizó Sikosrky y Lockheed Martin en Colombia, este medio de comunicación se enteró en exclusiva que la flota de estos helicópteros en uso por la Fuerza Aérea Colombiana ha participado en más de 2000 rescates de personas a lo largo y ancho del territorio nacional.

El impresionante record inicia en el año 2015 donde fueron rescatadas 589 personas, en el año 2016 la estadística indica la recuperación de 280 personas, 275 en 2017, 429 rescatados en 2018, hasta llegar a 2019, año en el cual han sido rescatadas 310 personas hasta la fecha.

Esta impresionante cifra cobra mayor relevancia cuando se comprende cuales son las altas exigencias y dificultades que este tipo de misiones de rescate presentan, motivos por los cuales, los helicópteros UH-60 siempre son el equipo seleccionado para llevarlas a cabo.

En mares, ríos, llanuras, montañas, bajo fuego hostil o clima inclemente y hasta en altas cumbres como el Nevado del Ruiz, los helicópteros Black Hawk y las tripulaciones de la Fuerza Aérea Colombiana son ángeles que socorren a los colombianos en apuros cuando más lo necesitan.

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