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La Fuerza Aérea de los EE. UU. retiró oficialmente sus drones MQ-1 Predator, a histórica aeronave remotamente pilotada ha estado en operación durante los últimos 23 años. El drone fue utilizado inicialmente como un avión de reconocimiento e inteligencia, pero más tarde fue equipado con armamento como bombas y misiles para ser utilizado en misiones de combate a partir de 2001 contra los talibanes en Afganistán.

Desde entonces, ha mantenido operaciones en numerosas zonas de combate, como Irak, Afganistán, Siria, los Balcanes y el cuerno de África. Su capacidad de permanecer por el cielo durante 24 horas, su avanzada tecnología de vigilancia y sus sistemas de armas letales han sido indispensables para buscar y destruir a los enemigos de Estados Unidos. Estas aeronaves inclusive han proporcionado en algunos casos asistencia humanitaria, como fue el caso del terremoto de 2010 en Haití.

Más recientemente, el Predator MQ-1 ha sido herramienta fundamental en la derrota de ISIS y el exterminio de líderes de grupos terroristas. El avión ahora se exhibirá en el Museo Nacional del Aire y el Espacio en Washington D.C., y será reemplazado por el avión más avanzado pilotado a distancia, el MQ-9 Reaper.

El Reaper, también fabricado por General Atomics puede volar a una velocidad de 370 kilómetros por hora a alturas de hasta 50,000 pies y con una autonomía de más de 1,770 kilómetros. Puede operar durante períodos prolongados -unas 27 horas ininterrumpidas- para observar y transmitir imágenes de un lugar específico al tiempo que lanza misiles guiados por láser para destruir sus objetivos.

El Reaper también se usa para proporcionar apoyo aéreo a las tropas terrestres, algo que antes era patrimonio exclusivo de aviones de combate como el A-10 Thunderbolt. General Atomics vende el Predator y el Reaper a aliados de EE.UU.

El dron, sin embargo, ha sido objeto de controversia porque se lo sigue usando para dar muerte a blancos específicos en la era de baja intensidad bélica posterior al 11 de septiembre. El año pasado el gobierno de EE.UU. dijo que murieron entre 64 y 116 civiles en 473 ataques aéreos estadounidenses fuera de Afganistán, Irak y Siria desde 2008 -cuando fue electo Obama- hasta fines de de 2015. Los ataques dieron muerte a 2,581 combatientes, dijo el gobierno. Las cifras comprenden muertos en ataques de drones y de aviones tripulados.

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