Polonia ha dado un paso decisivo en la modernización de su marina: el gobierno anunció la selección de Saab como proveedor de tres submarinos clase A26 Blekinge‑class submarine, con lo cual busca reemplazar su actual unidad de clase Kilo, en el marco del programa naval Orka programme.
La decisión, anunciada el 26 de noviembre de 2025, destaca que la oferta sueca fue la que cumplió todos los criterios del proceso de selección: capacidad operativa adaptada al Mar Báltico, cumplimiento de plazos, y un robusto plan de colaboración industrial con participación de astilleros y empresas polacas. Saab y las autoridades polacas se preparan ahora para la negociación formal del contrato, que según las autoridades de Varsovia debería firmarse antes del segundo trimestre de 2026.
El A26 está diseñado con avanzadas capacidades para operar en aguas poco profundas y acústicamente complejas como las del Báltico: lleva un sistema de propulsión combinado diésel-eléctrico con la tecnología AIP basada en motores Stirling, lo que le permite permanecer sumergido por largos períodos con un perfil sonoro reducido — ideal para misiones de sigilo, patrullaje y guerra de lecho marino. Su diseño incluye un “multi-mission portal” en la proa — una esclusa de 1,5 metros de diámetro — que permite desplegar vehículos submarinos, fuerzas especiales u otros equipos sumergibles, lo que añade versatilidad para tareas de vigilancia, infiltración, guerra contra infraestructura submarina o defensa de cables submarinos.
El anuncio ha sido recibido como un punto de inflexión para Polonia: tras años de declive y reducción de su capacidad submarina con solo un veterano submarino en servicio, la incorporación del A26 representa un esfuerzo por recuperar una capacidad estratégica creíble en el Báltico. Además, la compra forma parte de un replanteamiento más amplio que incluye cooperación militar dentro de la Unión Europea y un acercamiento de países costeros del Báltico para reforzar su disuasión y vigilancia conjunta frente a amenazas marítimas.
No obstante, el proyecto aún tiene desafíos claros: aunque la oferta fue seleccionada, no hay contrato firmado hasta ahora, y el programa parte con un plan de entregas que empezaría hacia 2030 — un horizonte que depende de la capacidad de producción, cumplimiento de los plazos en Suecia, y la logística de cooperación industrial con Polonia.
Este movimiento marca también un hito para Saab: si se concreta el contrato, será su primera exportación del A26, lo que consolida su posición en la construcción naval militar europea. Al mismo tiempo, Polonia recupera un activo estratégico clave, en un contexto de tensión creciente en el Báltico y de demanda de patrullaje, control submarino y protección de infraestructura crítica.
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| Polonia elige los submarinos suecos A26 para revitalizar su flota y reforzar la seguridad en el Báltico |


