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Una patrullera de apoyo fluvial pesada (PAF-P) de la Armada Nacional de Colombia fue atacada por drones que portaban explosivos mientras realizaba labores de patrullaje en el río Naya, una zona estratégica que divide los departamentos de Cauca y Valle del Cauca. Este incidente marca una escalada en el uso de tecnología de drones en la confrontación armada en Colombia, lo que supone un nuevo desafío para las fuerzas militares en áreas con fuerte influencia de grupos terroristas.

Según fuentes extraoficiales y videos publicados en redes sociales, el ataque se produjo durante una operación de control en la región, donde la PAF-P cumplía labores de vigilancia contra el tráfico de drogas y el transporte ilegal de armas y suministros para grupos armados. El incidente no resultó en bajas ni en afectaciones a la estructura del buque blindado.

Las PAF-P están diseñadas para soportar condiciones hostiles en ríos y cuerpos de agua poco profundos, con capacidades de protección que incluyen blindaje reforzado y sistemas de defensa activos. Sin embargo, el uso de drones explosivos representa un reto adicional para el cual se están evaluando nuevas estrategias de respuesta. En este caso, el ataque de las aeronaves no tripuladas fue repelido con fuegos e fusilería disparado por Infantes de Marina que se encontraban a bordo de la embarcación.

Las patrulleras de apoyo fluvial pesada PAF-P están diseñadas para operar en áreas fluviales estratégicas de Colombia, especialmente en ríos y áreas de acceso restringido. Estas embarcaciones cuentan con un casco reforzado, blindaje en áreas críticas, y un sistema de armas que incluye ametralladoras de calibre .50 y lanzagranadas automáticos para defensa en condiciones de alta amenaza, sin embargo este armamento no está preparado para enfrentar la amenaza de drones. Además, las PAF-P pueden transportar efectivos militares y equipo táctico, permitiendo apoyo logístico y operaciones de control territorial en zonas críticas.
Con una maniobrabilidad óptima para aguas poco profundas y obstáculos fluviales, las PAF-P son esenciales para la Armada colombiana en su misión de mantener la seguridad en ríos clave, como los del litoral pacífico colombiano. Su diseño robusto, aunque efectivo, pone en evidencia la necesidad de mejorar sus sistemas de detección y defensa ante el uso de drones enemigos.

El ataque en el río Naya es un ejemplo de una tendencia preocupante en Colombia: el uso de drones cargados con explosivos por parte de grupos armados ilegales. Desde 2022, incidentes similares se han registrado en los departamentos de Cauca, Valle del Cauca, Arauca y Norte de Santander, donde puestos de control y bases militares han sido blanco de estos dispositivos, lo que evidencia la adaptación de los grupos ilegales a nuevas tecnologías.

El despliegue de drones con explosivos permite a los grupos armados atacar objetivos específicos sin exponerse directamente, aprovechando las limitaciones de cobertura en regiones selváticas y fluviales. Frente a esta situación, las Fuerzas Militares han comenzado a trabajar en la implementación de contramedidas, que incluyen sistemas de detección y neutralización de drones, además de colaboración con fuerzas aliadas para el desarrollo de tecnología de defensa especializada.

El ataque a la patrullera en el río Naya resalta los desafíos que enfrenta la Armada colombiana en su misión de control fluvial y protección de las zonas estratégicas del país. La situación en el Cauca y Valle del Cauca seguirá siendo monitoreada de cerca mientras la fuerza pública analiza nuevas estrategias para enfrentar esta modalidad de ataques.
Terroristas atacaron con drones cargados con explosivos una Patrullera Fluvial de la Armada de Colombia
Terroristas atacaron con drones cargados con explosivos una Patrullera Fluvial de la Armada de Colombia
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