Rusia admitió el domingo que tropas ucranianas se habían adentrado en la región de Kursk en una incursión que, según un alto cargo de seguridad ucraniano, se propone “desestabilizar” a Moscú y dispersar a las fuerzas implicadas en la invasión de Ucrania.
El domingo por la noche, tanto Kiev como Moscú se acusaron mutuamente de un incendio en la central nuclear de Zaporiyia, en el sur de Ucrania. Pero ambas partes, así como la agencia nuclear de la ONU, descartaron una fuga nuclear.
Ucrania lanzó el martes una sorpresiva operación a gran escala en la región fronteriza rusa de Kursk, dos años y medio después del inicio de la invasión de Ucrania y tras meses de repliegue ante las fuerzas de Moscú en el frente oriental.
El ejército ruso reconoció el domingo que Ucrania penetró profundamente en su territorio al afirmar en un comunicado que había impedido “intentos de avance” en Tolpino, Juravli y Obshchi Kolodez, tres localidades situadas a unos 30 km de la frontera con la exrepública soviética.
Los avances fueron frenados por bombardeos aéreos, drones y artillería, así como con el envío de contingentes del agrupamiento “norte”, desplegado en la región ucraniana de Járkov, según la misma fuente.
“El objetivo es estirar las posiciones del enemigo, infligir el máximo de pérdidas, desestabilizar la situación en Rusia, porque son incapaces de proteger sus propias fronteras”, indicó un alto funcionario de seguridad ucraniano el sábado, bajo condición de anonimato. El funcionario aseguró que “miles” de soldados ucranianos participaban en la operación.
El domingo decenas de vehículos blindados ucranianos rodaron en carreteras de la región de Sumy, fronteriza con la de Kursk, con triángulos blancos pintados, supuestamente para identificar a las tropas ucranianas que participan en la incursión.
Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022 y desde entonces mantiene una ofensiva implacable, ocupando franjas del este y el sur del país y sometiendo a las ciudades ucranianas a ataques diarios de artillería, misiles y drones.
El asalto a la región de Kursk ha sido la ofensiva transfronteriza más grande y exitosa de Kiev hasta el momento. Zelenski admitió el sábado por primera vez la implicación de su país en la incursión en Rusia, indicando que esta busca “desplazar la guerra al territorio del agresor”.
Según Moscú, que prometió una “respuesta severa”, los ucranianos dispararon el sábado por la noche un misil contra un edificio en la ciudad de Kursk, hiriendo a 15 personas. Rusia anunció la evacuación de más de 76.000 personas en esa región. Ucrania, a su vez, pidió evacuar a al menos 20.000 civiles de la región de Sumy.
Los analistas indicaron que Kiev lanzó probablemente el asalto para aliviar la presión sobre sus tropas en otras partes del frente, superadas en número y faltas de armas. Pero de momento, la incursión no ha debilitado enormemente la ofensiva rusa en el este de Ucrania, donde Moscú lleva meses ganando terreno, indicó el alto funcionario de seguridad ucraniano. Rusia impuso el estado de emergencia en la zona de Kursk y anunció el inicio de una “operación antiterrorista” allí y en otras dos regiones fronterizas.
El funcionario de seguridad ucraniano citado por la agencia AFP admite que Rusia “detendrá” tarde o temprano a las tropas ucranianas en la región de Kursk. También afirmó que Rusia, en respuesta a la incursión, prepara un ataque de misiles masivo contra “centros de mando” en Ucrania y aseguró que Kiev había avisado a sus aliados occidentales de la operación.
El funcionario ucraniano también aseguró que Kiev respeta “estrictamente el derecho humanitario” en su ofensiva y que no tiene la intención de anexionar las zonas que ocupa actualmente.
Rusia reconoce avances de las tropas ucranianas en la región de Kursk |