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El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, revivieron el miércoles un compromiso de defensa mutua de la era de la Guerra Fría, firmando un nuevo acuerdo que obliga a sus naciones a ayudarse mutuamente en caso de registrarse una “agresión” contra cualquiera de los dos países.

El presidente ruso, en una sesión informativa posterior a la firma del documento por ambos líderes, no aclaró si dicha asistencia requeriría una intervención militar inmediata y en toda regla en caso de ataque, como especificaba el extinto tratado de 1961. Pero afirmó que Rusia “no descarta el desarrollo de cooperación técnico-militar” con Corea del Norte de conformidad con el nuevo acuerdo.

El pacto fue una de las recompensas más visibles que Kim ha obtenido de Moscú a cambio de las decenas de misiles balísticos y más de 11.000 contenedores de municiones que, según Washington, Corea del Norte ha suministrado en los últimos meses para contribuir a la guerra de Putin en Ucrania.

También representó lo más lejos que ha llegado el Kremlin en su apoyo a Corea del Norte, tras años de cooperación con Estados Unidos en las Naciones Unidas para frenar el programa nuclear y de misiles de Pionyang, un cambio que se aceleró tras la invasión de Rusia a Ucrania.

“Se trata de un documento verdaderamente innovador, que refleja el deseo de los dos países de no dormirse en los laureles, sino de elevar nuestras relaciones a un nuevo nivel cualitativo”, añadió Putin. Ni Corea del Norte ni Rusia hicieron público de inmediato el texto del nuevo acuerdo.

Putin denunció a Estados Unidos por ampliar su infraestructura militar en la región y realizar maniobras con Corea del Sur y Japón. Rechazó lo que calificó de intentos de culpar del deterioro de la situación de seguridad a Corea del Norte, que ha realizado seis explosiones nucleares de prueba desde 2006 y ensayado misiles balísticos intercontinentales que podrían alcanzar Estados Unidos.

“Pionyang tiene derecho a tomar medidas razonables para reforzar su propia capacidad de defensa, garantizar la seguridad nacional y proteger la soberanía”, dijo Putin.

Kim calificó el pacto como un “acuerdo de lo más poderoso” y elogió la “extraordinaria previsión” de Putin, “el amigo más querido del pueblo coreano”, según la agencia de noticias estatal rusa RIA Novosti.
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Es probable que la promesa de asistencia mutua alarme aun más a Washington y a sus aliados, en particular a Corea del Sur, porque no solo podría suponer un mayor apoyo a la guerra de Rusia en Ucrania, sino que también socava los esfuerzos por frenar el programa nuclear y el de misiles de Corea del Norte.

Las declaraciones de Putin recordaron el tratado de amistad y asistencia mutua de 1961 entre Pionyang y Moscú, bajo el cual ambos países estaban obligados a “prestar inmediatamente asistencia militar y de otro tipo” con todos los medios a su alcance, en caso de que uno de ellos se encontrara en guerra. Ese tratado quedó sin efecto tras la desintegración de la Unión Soviética.

Cuando Moscú y Pionyang firmaron un acuerdo de amistad en 2000, carecía de una cláusula de intervención militar automática y solo preveía el “contacto” mutuo en caso de emergencia de seguridad. No estipulaba intervención militar ni ayuda militar.

Putin es el primer jefe de Estado importante que visita Corea del Norte desde la pandemia, lo que pone de relieve su relevancia para Rusia: es uno de los pocos países afines capaces y dispuestos a suministrar a Moscú las armas convencionales que tanto necesita.

Putin ha recibido proyectiles de artillería y misiles de Corea del Norte para alimentar su prolongada guerra en Ucrania, según funcionarios estadounidenses y surcoreanos, aunque tanto Rusia como Corea del Norte han negado cualquier transferencia de armas. Por su parte, Kim desea la ayuda rusa para aliviar la escasez de petróleo de su país, mejorar sus sistemas de armamento y socavar los intentos de Washington de estrangular su economía con sanciones internacionales.

El ejército de Corea del Norte ha sido ridiculizado durante mucho tiempo por sus tecnologías atrasadas y su vasto arsenal de armamento obsoleto de la era soviética, como proyectiles de artillería. Pero el hecho de que Putin visitara Pionyang por primera vez en 24 años demostró que esas anticuadas municiones se encuentran entre las que Rusia necesita más desesperadamente en su guerra de desgaste en Ucrania.
Rusia y Corea del Norte firman un pacto de apoyo mutuo ante cualquier agresión
Rusia y Corea del Norte firman un pacto de apoyo mutuo ante cualquier agresión
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