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El martes, Corea del Sur anunció que había completado con éxito el vuelo inaugural de su avión de combate KF-21 “Boramae”, de diseño nacional. La aeronave está siendo desarrollada por Korea Aerospace Industries como parte de un proyecto de 6.600 millones de dólares para reemplazar la anticuada flota de cazas F-4 de la Fuerza Aérea de la República de Corea, al tiempo que ofrece una alternativa más barata al Lockheed Martin F-35 Lighting II, de fabricación estadounidense.

La noticia del éxito del primer vuelo llega en un momento en que Seúl busca reforzar sus capacidades defensivas en medio de las crecientes amenazas de Corea del Norte.

El avión de combate despegó desde la 3ª Escuadrilla de Entrenamiento de Vuelo de la Fuerza Aérea surcoreana, en Sacheon, a unos 300 kilómetros al sur de Seúl, mostrando que Corea del Sur está en camino de unirse a un club de élite mundial formado por siete países que han desarrollado aviones de combate supersónicos. El prototipo KF-21 estaba equipado con maquetas a escala real de cuatro misiles aire-aire Meteor de alcance superior al visual y un sistema de búsqueda y seguimiento por infrarrojos.

El vuelo inaugural del proyecto, cuyo costo asciende a 8,8 billones de wones (6.670 millones de dólares), se produce en momentos en que el país ha estado tratando de reemplazar su antigua flota de cazas F-4 y F-5 con el avión de gama alta y de reforzar su poderío aéreo para contrarrestar la evolución de las amenazas nucleares y de misiles de Corea del Norte.

La Administración del Programa de Adquisiciones de Defensa (DAPA, según sus siglas en inglés), gestionada por el Estado, dijo, en un comunicado de prensa, que este es el momento en que las capacidades de Corea del Sur para desarrollar el avión de combate de alta tecnología, de generación 4.5, se hicieron realidad con este primer vuelo.

Agregó que, a medida que se acercan un paso más al desarrollo exitoso del caza autóctono, esto simboliza un nuevo salto en la tecnología de la aviación nacional y un aumento de los efectivos militares de alta tecnología.

El KF-21 despegó a las 3:40 p.m. y aterrizó a las 4:13 p.m. para la primera prueba aérea, según la DAPA. Las autoridades habían planeado, inicialmente, realizar la prueba por la mañana, pero la retrasaron varias horas debido a las condiciones meteorológicas.

Corea del Sur concibió por primera vez el proyecto de desarrollo de aviones en noviembre de 2000, cuando el entonces presidente, Kim Dae-jung, reveló la esperanza de convertir a la nación en un fabricante de cazas avanzado para 2015, en una ceremonia de lanzamiento del avión de entrenamiento autóctono KT-1.

El proyecto dio un pequeño paso en noviembre de 2002, cuando el Estado Mayor Conjunto hizo un plan a largo plazo para desarrollar un caza de gama alta cuyas capacidades fueran más allá del caza KF-16 y producir alrededor de 120 unidades.

Pero existía muchísimo escepticismo. Dos agencias estatales, el Instituto para Análisis de Defensa de Corea del Sur (KIDA) y el Instituto de Desarrollo de Corea del Sur (KDI), concluyeron en sus análisis, por separado, en 2003 y 2007, respectivamente, que el proyecto no era factible.

Sin embargo, el proyecto obtuvo el impulso que tanto necesitaba en 2009, cuando otro estudio encargado por el Gobierno, ejecutado por la Universidad Konkuk, concluyó que el proyecto de desarrollo de cazas era económicamente viable.

Luego, el Gobierno procedió con un proceso de investigación inicial en 2011-2012, y decidió, en 2013, un plan detallado para el proyecto del caza, incluidas las capacidades operativas requeridas y el período de despliegue fijado.

Como se esperaba, de forma generalizada, la cuestión de conseguir las tecnologías clave de los cazas siguió siendo un desafío difícil.

Inicialmente, el país buscó obtener, de Estados Unidos, las tecnologías clave para cuatro piezas clave del equipamiento: un radar de barrido electrónico activo (AESA), un sistema de búsqueda y seguimiento por infrarrojos (IRST), un contenedor electro óptico de búsqueda de blancos (EO TGP) y un inhibidor de radiofrecuencias (RF).

La respuesta que dio EE. UU. a la solicitud de Seúl, en abril de 2015, fue negativa, lo que obligó al país a concentrarse en el desarrollo nacional de las tecnologías requeridas.

A pesar de las incertidumbres tecnológicas, la DAPA firmó un contrato de desarrollo de cazas con Korea Aerospace Industries Ltd. (KAI), el único fabricante de aviones del país, en diciembre de 2015.

En la primera fase del proyecto, que costó 8,1 billones de wones (6.180 millones de dólares), Indonesia participó como socio en un acuerdo para asumir el 20 por ciento de dicho monto. Después de la primera fase, para desarrollar el sistema del caza en general para 2026, la segunda fase, que cuesta 700.000 (490 millones de dólares), se extiende hasta 2028 para realizar pruebas de armamento.

El escepticismo inicial sobre el proyecto se convirtió en optimismo, ya que las empresas de defensa locales han procedido con éxito al desarrollo de las tecnologías necesarias para las cuatro piezas clave del equipamiento, que se sitúan en el centro de las operaciones de combate de la aeronave.

Hanwha Systems Co. está en camino de desarrollar el sistema de radar AESA, cuyo prototipo fue desvelado en agosto de 2020, cuatro años después del lanzamiento de los esfuerzos de desarrollo del radar.

El sistema AESA puede detectar y rastrear múltiples objetivos de manera simultánea y extensa, ya que el haz de ondas de radio se dirige electrónicamente a puntos en diferentes direcciones sin necesidad de mover la antena.

Hanwha Systems también ha estado a cargo del desarrollo del IRST y EO TGP. El sistema IRST está diseñado para detectar y rastrear objetos que emiten radiación infrarroja, mientras que el EO TGP es para identificar objetivos y guiar municiones de precisión, como bombas guiadas por láser.

La empresa LIG Nex1 ha estado trabajando en el desarrollo del paquete de guerra electrónica (EW) del caza, incluido el inhibidor de radiofrecuencia diseñado para la interrupción de las señales de radio.

El caza de generación 4,5 estará equipado con misiles aire-aire, como el AIM-2000 de la alemana Diehl y el Meteor de la europea MBDA.

Hasta el momento, se han lanzado cinco prototipos del KF-21 con fines de prueba y el sexto estará listo más tarde este mes. Está previsto que los prototipos realicen 2.000 o más misiones de combate combinadas, para lograr terminar el desarrollo general del caza para 2026.

Además de tales procedimientos de prueba, el proyecto KF-21 se enfrenta a otros obstáculos, como el atraso en los pagos por parte de Indonesia.

Los planes actuales prevén la fabricación de 40 aviones del Bloque 1 que se integrarán con IRIS-T, Meteor, JDAM y LJDAM, así como con bombas guiadas de precisión KGGB desarrolladas localmente. Además, los modelos del Bloque 1 tendrán plena capacidad de combate aire-aire y capacidad limitada aire-tierra.

KAI ya está pensando en la versión Block 2. Se espera que la Fuerza Aérea de la República de Corea reciba otras 80 de estas variantes, que también ofrecerán plena capacidad aire-tierra. Se espera que la entrega de los aviones del bloque 2 comience en 2028, lo que permitirá que la aeronave alcance su plena capacidad operativa.
El nuevo caza de Corea del Sur KF-21 'Boramae' realizó con éxito su primer vuelo.
Webinfomil.com
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