Una flotilla de buques de guerra rusos liderados por el portaviones "Almirante Kuznetsov" y el crucero nuclear "Pedro El Grande" partió desde hace una semana desde su base en el norte de Rusua con destino al Mediterráneo oriental frente a las costas de Siria en lo que ser convertirá en el primer despliegue operacional de combate en más de 28 años de servicio con la armada rusa.
La mole de más de 66.000 toneladas de desplazamiento estará en aguas del mar mediterráneo por un periodo de hasta 4 meses, tiempo en el cual ejecutará misiones de seguridad y ataque en territorio sirio con sus poderosos aviones Sukhoi SU-33 y helicópteros Kamov KA-50.
El tránsito de este gigante por los mares europeos en su camino a medio oriente no ha pasado desapercibido por la OTAN ni por las distintas fuerzas navales de los países cercanos a su ruta. Fragatas, destructores y aviones de patrulla marítima han escoltado durante la mayoría de su trayecto la poderosa flotilla rusa que avanza a una velocidad lenta debido a la poca confiabilidad de los sistemas de propulsión a bordo del Kuznetsov.
A su llegada al mediterraneo del este, el aporte del portaviones a la campaña militar rusa en Siria será simbólico, debido a el masivo despliegue militar que tiene Moscú en el la región. En la base aérea de Hmeymim, donde está ubicada una flota aérea bastante numerosa hay suficiente capacidad de ataque para ejecutar las misiones contra el Estado Islámico y los rebeldes sirios que intentan derrocar al Presidente Bashar Al Assad.
Además del gran número de aviones de combate, helicopteros de ataque y drones de reconocimiento, Rusia desplegó recientemente sus poderosos sistemas antiaéreos S-300 y S-400 para aumentar la protección de sus cazas de un posible enfrentamiento aéreo.
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