La recurrente violencia en el suroccidente colombiano escaló nuevamente este fin de semana tras un ataque con explosivos perpetrado contra un blindado de transporte de personal del Grupo de Operaciones Especiales (GOES) de la Policía Nacional en zona rural del municipio de El Tambo. El atentado, atribuido a la estructura Carlos Patiño de las disidencias de las FARC, se produjo en el corregimiento de El Zarzal, sobre la vía que conecta esta localidad con la ciudad de Popayán.
De acuerdo con reportes preliminares, el vehículo policial —un blindado táctico Centigon Manta— fue alcanzado por un artefacto explosivo improvisado (IED, por sus siglas en inglés) mientras transitaba por la zona. Posteriormente, los terroristas dispararon repetidamente contra el automotor con armas de largo alcance.
El Centigon Manta, vehículo adquirido por la Policía Nacional para misiones antidisturbios, pero reorientado a misiones patrullaje y transporte de personal en áreas de alto riesgo, cuenta con blindaje acero balístico de alta resistencia certificado nivel III de la Norma NIJ 0108.01 contra munición 7.62 X51 NATO (FMJ). El vehículo igualmente cuenta protección contra minas antipersonal y fragmentarias en su totalidad incluyendo la parte inferior, según norma internacional STANAG 4569 mínimo B2 y debería soportar cargas explosivas con material de fragmentación incluido.
Sin embargo, en este caso particular, el blindaje del vehículo sufrió un fallo estructural catastrófico ante la magnitud de la explosión. Según información e imágenes obtenida por este portal, la unión entre las láminas laterales y la cubierta superior del casco blindado cedió ante la presión de la onda expansiva, lo que generó una ruptura parcial de la célula de protección. Se reporta además que algunas secciones del acero balístico presentaron fracturas visibles y desprendimientos de los blindajes transparentes y de las puertas frontales, dejando vulnerable la tripulación a los efectos del estallido.
Esta situación plantea serios cuestionamientos sobre la idoneidad de este modelo de blindado para su uso entornos de combate asimétrico como los que se presentan en el suroccidente del país, donde el uso de explosivos improvisados de alta potencia es recurrente. A pesar de estar diseñado para resistir fuego de fusil y ciertas explosiones, el Centigon Manta no logró ofrecer el nivel de seguridad que se espera de un vehículo de esta clase, lo que provocó que varios de sus ocupantes sufrieran afectaciones.
El ataque dejó al menos un uniformado herido, quien fue evacuado de emergencia al Hospital Universitario San José de Popayán. Un civil que se encontraba en las cercanías también resultó afectado por la explosión y fue trasladado al mismo centro asistencial para valoración médica. Además, se registraron daños materiales en varias viviendas cercanas al lugar del atentado, lo que agudizó el temor de la población ante el recrudecimiento de la violencia.
Este ataque no se presenta como un hecho aislado. En las semanas recientes, la presencia armada de los terroristas de las FARC en el departamento del Cauca se ha intensificado. Panfletos firmados por la Compañía Samantha Gómez —adscrita al frente Carlos Patiño— circularon en días previos en el corregimiento, advirtiendo a la comunidad que evitara cualquier tipo de colaboración con la Fuerza Pública y alejarse de estaciones y patrullas policiales bajo amenaza de “guerra abierta”.
El suroccidente del país, y en especial el departamento del Cauca, ha sido epicentro de múltiples acciones violentas desde comienzos de año, producto de la confrontación directa entre las fuerzas del Estado y estructuras armadas ilegales. El incremento de operaciones militares ordenadas por el Gobierno Nacional ha generado una respuesta violenta por parte de estos grupos, que han recurrido al uso de IEDs, francotiradores y emboscadas para frenar el avance de la fuerza pública en zonas bajo su influencia.
Tras el atentado, unidades del Ejército Nacional y personal de investigación judicial se desplazaron hasta el lugar para asegurar la zona y recolectar material probatorio. La vía Popayán–El Tambo fue temporalmente cerrada mientras se realizaban labores de verificación y desminado.
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Blindado Centigon Manta de la Policía de Colombia |