En un movimiento discreto pero cargado de significado histórico, la Fuerza Aeroespacial Colombiana ha instalado el primer caza IAI Kfir como pieza de museo permanente dentro de las instalaciones de la Base Aérea Germán Olano, en Palanquero. Sin anuncio oficial ni ceremonia pública, la colocación del veterano caza supersónico marca el inicio de la desprogramación silenciosa de uno de los sistemas de armas más emblemáticos en la historia operativa de la aviación de combate colombiana, abriendo paso al cierre de una era de 35 años que transformó la capacidad táctica y estratégica del país en el dominio aéreo.
La instalación del primer Kfir COA como pieza de museo y monumento se lleva a cabo en medio de la renovación de la capacidad de combate aéreo de la institución, marcando el fin de la era del icónico caza israelí y la transición hacia el moderno Saab JAS 39 Gripen, nuevo avión de superioridad aérea de la institución.
La aeronave, montada sobre un pedestal de acero, no es solo un monumento físico; es un tributo a una era completa de doctrina aérea, interoperabilidad hemisférica y operaciones ofensivas estratégicas contra amenazas internas y externas. La FAC, al colocar este primer Kfir como exhibición permanente, reconoce el valor táctico y simbólico que ha tenido este caza en el desarrollo de sus capacidades ofensivas, disuasivas y de superioridad aérea.
La historia del Kfir en Colombia se remonta a finales de los años 80, cuando el país, buscando un salto cualitativo en su capacidad de combate, adquirió una primera flota de cazas Kfir C7 directamente desde Israel Aircraft Industries (IAI). Esta plataforma derivada del Dassault Mirage 5, pero equipada con aviónica mejorada y un motor General Electric J79, ofrecía a Colombia un caza supersónico con capacidades de ataque a tierra y combate aire-aire de cuarta generación temprana.
Durante los años 90 y principios del 2000, los Kfir se convirtieron en la punta de lanza del poder aéreo ofensivo colombiano. Sus principales bases operativas se establecieron en Palanquero con el Escuadrón de Combate 111. La FAC mantuvo un sostenido proceso de actualización de estas aeronaves, culminando en el programa Kfir C10/C12, con radar EL/M-2032, cabina digital, pods de designación Litening y capacidad para portar armamento guiado de precisión.
Uno de los capítulos más relevantes en la trayectoria del Kfir fue su participación directa en operaciones ofensivas contra grupos terroristas como las FARC y el ELN. En el marco de la política de seguridad democrática y de operaciones conjuntas con las Fuerzas Militares, el Kfir desempeñó un papel decisivo en bombardeos quirúrgicos contra campamentos de alto valor estratégico, en zonas de difícil acceso en el sur y oriente del país.
Estos bombardeos, realizados a grandes altitudes y con precisión milimétrica gracias al uso de bombas guiadas por láser Griffin y GBU-12, permitieron neutralizar objetivos de alto perfil como los terroristas Mono Jojoy y Alfonso Cano, entre otros.
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La Fuerza Aérea Colombiana retiró su primer caza IAI Kfir y lo instaló como pieza de museo y monumento |
A lo largo de los años, el Kfir fue adaptado para llevar múltiples configuraciones de carga bélica, incluyendo bombas Mk-82, Mk-83, contenedores de bombas de racimo y misiles aire-aire Derby, Python 3 y Python 5, estos últimos capaces de seguir objetivos fuera del eje visual del piloto. Esta versatilidad convirtió al Kfir en una plataforma indispensable tanto para misiones de superioridad aérea como para misiones de apoyo aéreo cercano.
Pese a su avanzada edad, los Kfir que siguen en linea de vuelo continuan siendo desplegados en misiones reales de combate. En las últimas semanas, los aviones remanentes han sido empleados en misiones de bombardeo contra terroristas de las FARC, ELN y Clan del Golfo en los departamentos de Antioquia, Guaviare y Caquetá; demostrando que, incluso en su ocaso operativo, el Kfir sigue siendo un instrumento letal y preciso del poder aéreo nacional.
A nivel internacional, el Kfir colombiano alcanzó una notoriedad destacada al participar en ejercicios de combate avanzado como Red Flag en la Base Aérea de Nellis, Nevada. En su participación de 2012, los pilotos colombianos obtuvieron resultados sobresalientes, logrando sobrevivir a todos muchos escenarios simulados contra plataformas de cuarta generación. Esta experiencia no solo elevó el prestigio de la FAC, sino que validó las capacidades del Kfir C10 como caza de combate con perfil de interoperabilidad OTAN.
Durante su carrera operativa, el Kfir también protagonizó misiones de interceptación aérea de alto perfil. En al menos tres ocasiones, entre 2013 y 2018, escuadrillas de alerta rápida fueron desplegadas para interceptar aeronaves rusas —incluidos bombarderos estratégicos Tupolev Tu-160 Blackjack— que ingresaron sin autorización al área de identificación de defensa aérea colombiana en el Mar Caribe. Las intercepciones se realizaron en condiciones difíciles y bajo protocolos internacionales, reafirmando la capacidad de reacción y soberanía del país.
No obstante, las limitaciones logísticas y la dependencia tecnológica comenzaron a mermar la operatividad de la flota. A partir de 2020, el índice de disponibilidad cayó por debajo del 30%. Las piezas de repuesto eran escasas y las revisiones mayores requerían tiempo excesivo y costos elevados. A esto se sumó la falta de acuerdos actualizados de soporte técnico con Israel, lo que limitó la provisión de componentes críticos.
Para 2025, se estima que la mitad de aviones pertenecientes a la flota original seguían en condiciones de vuelo, y solo seis estaban plenamente operativos con todos sus sistemas habilitados. La desprogramación progresiva se hizo inevitable, y la FAC aceleró su proceso de selección de una plataforma sustituta que pudiera garantizar capacidades similares o superiores en el contexto geoestratégico regional.
Fue así como, tras un prolongado proceso de evaluación que incluyó al F-16V, el Rafale F4 y el Eurofighter, la FAC seleccionó el Saab JAS 39 Gripen E/F como su nuevo caza polivalente. La elección se inclinó hacia un sistema de armas más moderno, con costos operativos menores, arquitectura abierta, radar AESA y capacidad de guerra electrónica de última generación.
El contrato incluirá no solo la entrega de entre 16 y 24 unidades, sino también un paquete industrial de compensaciones, que contempla transferencia de tecnología, cooperación en investigación y desarrollo, y beneficios sociales en zonas vulnerables del país. El Gripen E representa un salto cualitativo en capacidades de red, fusión de sensores, y conectividad táctica con otras plataformas terrestres, aéreas y marítimas.
La decisión de instalar el primer Kfir como monumento en Palanquero no fue arbitraria. Esta base fue el núcleo doctrinal del Comando Aéreo de Combate No. 1, donde generaciones de pilotos se entrenaron en el empleo táctico de esta plataforma. Muchos de los líderes actuales de la FAC comenzaron su carrera de vuelo en estas cabinas, forjando no solo habilidades técnicas, sino también una cultura de excelencia operacional.
El pedestal sobre el que reposa ahora el Kfir en Palanquero no representa una aeronave estática, sino un legado que involucra más de tres décadas de combate real, disuasión estratégica y cooperación internacional. Cada vuelo, cada misión, cada hora de mantenimiento fue parte de un sistema nacional de defensa que hoy se transforma. El legado de esta poderosa aeronave quedará inmortalizado en este monumento y, sobre todo, en la memoria de los pilotos que volaron al límite cada vez que el posquemador se encendía sobre el cielo colombiano.
El Kfir no fue un simple avión; fue el núcleo de una doctrina aérea que permitió a Colombia tener superioridad regional en varios frentes. Su presencia impuso respeto y disuasión, y permitió a la FAC ocupar un lugar privilegiado en ejercicios multilaterales a nivel internacional.
En los hangares y plataformas aún se escuchan ecos del rugido del motor J79, y aunque pronto cesarán por completo, su historia seguirá siendo parte fundamental del patrimonio operativo de la Fuerza Aeroespacial Colombiana. La transición hacia el Gripen será técnica y doctrinalmente desafiante, pero se construirá sobre los cimientos que el Kfir dejó.
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Caza IAI Kfir de matrícula FAC3043 cuando se encontraba operativo. La Fuerza Aérea Colombiana ya retiró esta aeronave y la instaló como pieza de museo y monumento |