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El ministro de Defensa de Turquía, Yaşar Güler, informó al Comité de Planificación y Presupuesto del Parlamento turco sobre una posible reconsideración por parte de Estados Unidos para vender cazas F-35 a Turquía. Güler reveló que Turquía ha presentado formalmente una solicitud para adquirir 40 F-35 y subrayó que seis aeronaves previamente ordenadas permanecen almacenadas en Estados Unidos, sin entregar, tras la exclusión de Turquía del programa en 2019.

Turquía se unió al programa Joint Strike Fighter en 2002, con la intención de adquirir 100 cazas F-35A. Las empresas turcas invirtieron más de $1.000 millones en la producción de componentes para estas aeronaves. El primer F-35A para Turquía fue completado en 2018, pero las entregas se detuvieron en 2019 debido a la compra por parte de Turquía del sistema de defensa antiaérea ruso S-400, lo que generó preocupaciones de seguridad en Estados Unidos.

Tras la suspensión, ocho F-35 destinados a Turquía fueron reasignados a la Fuerza Aérea de EE. UU., mientras que la producción de componentes en Turquía continuó hasta 2022 bajo contratos vigentes. Estados Unidos no ha reembolsado los $1.400 millones pagados por Turquía por las aeronaves. Aunque se sugirió en 2024 que Turquía podría reincorporarse al programa si abandona los S-400, Güler afirmó que no existen planes para deshacerse de estos sistemas, que permanecen inactivos pero operativos en 12 horas si fuera necesario.

En paralelo, Turquía ha avanzado en la modernización de su flota de cazas:

F-16 Block 70 Viper: Turquía ha confirmado la compra de 40 aeronaves por un costo de $6.500-7.000 millones, incluyendo municiones y soporte logístico.

Programa ÖZGÜR: Turquía canceló la actualización de 79 F-16 antiguos con kits estadounidenses y delegó la modernización a Turkish Aerospace Industries mediante tecnología nacional.

Eurofighter Typhoon: Güler confirmó que los obstáculos iniciales de Alemania han sido superados, permitiendo avanzar en las negociaciones para diversificar la flota con este caza europeo.

Además, Turquía ha progresado con su caza de quinta generación KAAN, desarrollado por Turkish Aerospace Industries, que realizó su vuelo inaugural en 2024 y está previsto para reemplazar los F-16 a partir de 2030.

La adquisición del sistema S-400 sigue siendo un punto clave en la estrategia de defensa de Turquía y sus relaciones con la OTAN. Según Güler, este sistema solo se usaría frente a amenazas aéreas de alto nivel. Su compra en 2017 marcó la primera vez que un miembro de la OTAN adquiría este sistema ruso, tensando las relaciones con Estados Unidos y generando sanciones bajo la Ley CAATSA.

El presidente Recep Tayyip Erdoğan ha insistido en que Turquía recuperará los $1.400 millones invertidos en el programa F-35, ya sea mediante la entrega de las aeronaves o el reembolso. Erdoğan también ha argumentado que la compra del S-400 fue necesaria tras la negativa de Estados Unidos a vender sistemas Patriot.

Mientras Turquía busca equilibrar sus prioridades de defensa nacional con sus compromisos con la OTAN, su renovado interés por los F-35 refleja un esfuerzo por resolver disputas con Estados Unidos y fortalecer sus capacidades militares. Sin embargo, la reincorporación de Turquía al programa F-35 sigue siendo incierta, dada la complejidad de las tensiones geopolíticas subyacentes.
Turquía renueva su interés por 40 cazas F-35 ante un posible cambio en la política de Estados Unidos
Turquía renueva su interés por 40 cazas F-35 ante un posible cambio en la política de Estados Unidos
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