El Ministerio de Defensa de los Países Bajos ha dado oficialmente su despedida al legendario caza F-16 después de más de 45 años de servicio. Desde su llegada en junio de 1979 a la base aérea de Leeuwarden, este avión de combate de fabricación estadounidense demostró su valor tanto en territorio neerlandés como en el extranjero. La ceremonia de despedida incluyó un vuelo en formación de ocho F-16 sobre los Países Bajos, simbolizando el fin de una era para la Real Fuerza Aérea Neerlandesa.
El F-16 llegó para reemplazar al F-104 Starfighter y más tarde también al NF-5. Durante su servicio, el F-16 estuvo estacionado en varias bases aéreas neerlandesas, incluidas Eindhoven, Gilze-Rijen y Twenthe, además de sus asignaciones en bases en Arizona e Illinois para el entrenamiento de pilotos de combate. Con la llegada del F-35, que ha comenzado a asumir sus funciones, los últimos F-16 fueron retirados progresivamente desde la base de Leeuwarden en 2021.
El F-16 desempeñó un papel clave en la vigilancia del espacio aéreo de Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo como parte de la misión de alerta de reacción rápida (Quick Reaction Alert). En numerosas ocasiones, estos cazas fueron activados para interceptar bombarderos rusos que se acercaban al espacio aéreo neerlandés. Además, los F-16 también participaron en misiones de vigilancia de diques en los Países Bajos, utilizando equipos de infrarrojos para detectar posibles daños.
Las misiones internacionales comenzaron para el F-16 en abril de 1993, poco después del fin de la Guerra Fría, con su participación en las operaciones de la OTAN Deny Flight y Deliberate Force en la antigua Yugoslavia. Desde entonces, los F-16 neerlandeses han sido desplegados en múltiples operaciones, incluidas las misiones en Afganistán, bajo las operaciones Enduring Freedom e ISAF, y la operación Unified Protector en Libia en 2011. Entre 2014 y 2018, los F-16 también formaron parte de la operación Inherent Resolve, en la lucha contra el ISIS en Irak y Siria.
Aunque la Fuerza Aérea de los Países Bajos ya no operará los F-16, muchos de estos aviones seguirán en servicio. Catorce de los dieciocho cazas prometidos a Rumanía ya han sido transferidos para entrenar pilotos rumanos y ucranianos. Además, los últimos F-16 serán donados a Ucrania para su uso en el conflicto contra Rusia, lo que asegura que el legado de este avión continuará en el futuro.
El F-16, un pilar de la aviación militar neerlandesa durante casi cinco décadas, deja una profunda huella en la historia, habiendo servido tanto en tiempos de paz como en momentos de conflicto.
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