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La Fuerza Aérea del Ejército de la República Islámica de Irán (IRIAF, por sus siglas en inglés) ha recibido aviones de entrenamiento y combate Yak-130 de fabricación rusa.

Según las imágenes publicadas en las redes sociales por medios locales, los aviones avanzados de entrenamiento Yak-130 de fabricación rusa han llegado a Irán por Rusia que en su fuselaje se ve el logotipo de IRIAF.

Posteriormente, el Ejército iraní confirmó la informacion, señalando que, en el marco de los contratos armamentísticos con la Federación Rusa, varios Yak-130 ingresaron al país y se unieron a la base aérea Shahid Babaei en Isfahán (centro del país) para mejorar la capacidad de entrenamiento y combate de la Fuerza Aérea de Irán.

Está previsto que estos aviones de entrenamiento se utilicen para entrenar a nuevos pilotos que pilotarán aviones de caza de nueva generación de la Fuerza Aérea del Ejército de la República Islámica de Irán.

Gracias a estas incorporaciones, medios locales indicaron que la fuerza aérea de Teherán podrá “mejorar su capacidad de entrenamiento y combate” y formar a sus pilotos en el manejo de los cazas de cuarta y quinta generación, como el Sukhoi Su-57.

El Yakovlev Yak-130, desarrollado por el diseñador y fabricante de aeronaves ruso Yakovlev en colaboración con la firma italiana Aermacchi, es un avión de entrenamiento subónico de dos plazas y un ligero avión de combate. 

Gracias a su tamaño, puede realizar maniobras de ataque y reconocimiento, así como cargar armas guiadas o no guiadas, depósitos de combustibles auxiliares y pods electrónicos de hasta 3.000 kilogramos.

Yak-130 está equipado con nueve puntos de anclaje duros que permiten la conexión de varias cargas u tanques de combustible. Es utilizado por las fuerzas aéreas de Argelia, Vietnam, Bangladesh, Bielorrusia, Myanmar y Siria.

Este reciente envío de Moscú a su aliado persa demuestra que, a pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional, los regímenes continúan estrechando su relación.

Sobre todo en lo que respecta al equipamiento militar, los dos países tienen un largo historial de intercambios. Entre ellos destacan los aviones no tripulados -o drones- que Teherán proporcionó al Kremlin para sus ofensivas sobre Ucrania.

Los Shahed-186 captaron la atención de todos allá por julio de 2022 cuando comenzaron a verse en suelo ucraniano. En aquel entonces, los ataques rusos con estas pequeñas naves eran constantes, muy precisos y -casi en su totalidad- exitosos.

Esto desató decenas de investigaciones que acabaron por confirmar lo obvio: el régimen teocrático provee a Vladimir Putin con ésta y una variedad de otras armas como cohetes, balas, blindaje para tanques y piezas de artillería.

Funcionarios de seguridad internacional interiorizados con el tema aseguraron que “la conexión es mucho más grande que sólo drones” y que responde a la fuerte preocupación de Rusia frente a la falta de armamento que enfrenta tras más de un año y medio de guerra.

El régimen persa intentó tomar distancia de estas entregas aunque con una narrativa que generó más desconfianza que certezas.

En un primer momento, las autoridades iraníes negaron rotundamente el suministro pero, tiempo más tarde, al volverse evidente que los drones que sobrevolaban Ucrania tenían su bandera, acabó por aceptarlo pero aclarando que se trató de transacciones previas al inicio del conflicto bélico.

De todas maneras, el volumen de aviones no tripulados hallados en suelo ocupado evidenciaron que se trata de envíos constantes y no de algo ocurrido meses atrás.
Irán recibió aviones de entrenamiento y combate Yak-130 de fabricación rusa
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