Full width home advertisement

Destacado

Industria

Mundo

Colombia

Latinoamérica

Post Page Advertisement [Top]

Un policía asesinado a mansalva, 78 uniformados y nueve trabajadores de la petrolera Emerald Energy secuestrados y un gobierno temeroso de llamar las cosas por su nombre es el saldo que deja el violento ataque de la guardia campesina contra unas instalaciones petroleras en la vereda Pozo Azul del municipio de San Vicente del Caguán (Caquetá).

En los hechos de violencia, que se presentan desde hace varios días frente a la mirada impávida de las autoridades nacionales, murió el subintendente Ricardo Arley Monroy, quien fue torturado y recibió una puñalada en el cuello cuando se encontraba retenido por la Guardia Campesina Losada Guayabero.

Luego de este asesinato, los campesinos secuestraron a dos secciones completas de la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (UNDOMO), que hacían presencia en la instalación petrolera. Este hecho se produjo luego de angustiantes llamados de auxilio emitidos por los policiales a sus superiores pidiendo ayuda y apoyo, que nunca llegó.

Por su parte el presidente Gustavo Petro se refirió a los problemas de orden público y solo atinó a decir que los responsables de desmanes y asesinato del policía en Caquetá quieren destruir su gobierno

“Tenemos un movimiento popular que por su exclusión y por el influjo de grupos que quieren destruir este gobierno y sumir a Colombia en la guerra, ha terminado asesinando un joven policía campesino, y propiciado la destrucción del primer gobierno progresista de este siglo”, planteó Petro.

El mandatario realizó esta declaración sin presentar pruebas justo en medio de las críticas por la falta de reacción oportuna para garantizar el orden público y evitar la retención ilegal de más de 70 miembros del UNDOMO (Anterior ESMAD) por parte de los violentos.

“Las extremas se juntan en la práctica. La fiscalía, como es su deber, debe investigar e individualizar a los criminales que provocaron las muertes en el Caquetá. Espero del campesinado nacional su colaboración para liberar los funcionarios de mi gobierno retenidos”, apuntó el mandatario en Twitter.

Pero quizás lo más indignante de la declaración del primer mandatario es la forma como se refiere al delito del secuestro y a la condición de secuestrado de sus policías, usando eufemismos como "retención", "retenidos" y "retenedores".

"Le solicito a la Cruz Roja su presencia para atender humanitariamente las personas retenidas. Espero de las personas retenedoras la liberación unilateral de los funcionarios del gobierno antes de que se propicie una nueva escalda de violencia" escribió Petro.

Finalmente el presidente, quien se debería comportar como líder y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, no ha condenado los hechos violentos, ni el asesinado del policial o el secuestro de 78 uniformados más. Solo ha atinado a escribir en sus redes sociales "El Ministro de Defensa Iván Velásquez  estará en San Vicente del Caguán, desde allá liderará el PMU. Insisto, la liberación unilateral de los policías y la protección de su integridad es primordial para el gobierno".
Un policía muerto, 78 secuestrados y un gobierno que no llama las cosas por su nombre; es el saldo que dejan hechos violentos en Caquetá