La Fuerza Aérea de Estados Unidos tiene cinco bombarderos B-21 'Raider' actualmente en varios estados de producción en la planta del fabricante Northrop Grumman en California, dijo el lunes el secretario de la Fuerza Aérea del país norteamericano en un evento público.
"Hemos estado viviendo de las inversiones en flotas de bombarderos realizadas hace muchas décadas, pero eso está cambiando rápidamente", dijo el secretario Frank Kendall ante la audiencia de la Conferencia Aérea, Espacial y Cibernética de la Asociación de la Fuerza Aérea, al referirse a los nuevos bombarderos secretos que reemplazarán los B-1 'Lancer' y B-2 'Spirit'
“En este momento, mientras hablo, se están fabricando cinco aviones de prueba en la línea de producción B-21, en la Planta 42 de la Fuerza Aérea en Palmdale, California”, afirmó. “Nunca me escucharán hacer predicciones optimistas sobre los programas. Todos los programas tienen riesgos y lo mismo ocurre con el B-21; pero al menos en este punto, el programa está haciendo un buen progreso hacia la capacidad real".
Anteriormente, la Fuerza Aérea solo había reconocido que dos aviones de prueba B-21 se encontraban en producción. Estas últimas novedades indicarían que el programa puede estar acelerándose a medida que se aproxima el hito del primer vuelo, que está planeado para el próximo año.
A pesar de este anuncio, no está muy claro qué tan cerca está Northrop Grumman de terminar la construcción del primer B-21. Los detalles sobre el programa en general han sido notoriamente escasos y, en ocasiones, ha habido cierta confusión en torno al estado exacto de las aeronaves en la línea de montaje.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos planea comprar al menos 100 bombarderos estratégicos sigilosos B-21, que comenzarán a entregarse al servicio a mediados de la década de 2020. El coste medio de adquisición de cada bombardero furtivo se estima en 640 millones de dólares.
El B-21 será más que un bombardero, eventualmente será una plataforma de ataque e inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) de múltiples funciones, opcionalmente tripulada y con capacidad nuclear. Las nuevas aeronaves poseerán baja firma radar, tecnología sigilosa de próxima generación, y será más pequeño que su predecesor, el B-2.