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Para nadie es un secreto que una de las víctimas de la crisis política, social y económica que sufre actualmente la República de Venezuela es la Armada Nacional Bolivariana, una fuerza militar que -a diferencia de sus otras contrapartes de la FANB- ha visto como a través de los años sus capacidades estratégicas van disminuyendo de una manera paulatina y sostenida. 

Al retiro de 3 fragatas de la Clase Mariscal Sucre -las cuales al día de hoy acumulan óxido en los astilleros de DIANCA-, el hundimiento de Buque de Vigilancia Litoral ANBV Naiguatá -el cual se hundió hace unas semanas tras colisionar con un crucero en altamar, la pérdida del patrullero océanico ANBV Warao -cuyo casco fue perforado tras golpear un arrecife en Brasil- y la inexistente operatividad de su flota submarina, se suma ahora la degradación de los sistemas de defensa antiaérea de otro de sus buques capitales.

El navío en cuestión es el Patrullero Oceánico ANBV Yekuana (PO-13), una embarcación de la clase Avante 2200 construido por los astilleros Navantia, al cual se le ha retirado su pieza de defensa antiaérea y antimisil Rheinmetall Oerlikon Millennium de 35 milímetros en favor de la instalación de un vetusto cañón manual ruso ZU-23/ZOM1 que anteriormente era usado por el Ejército Bolivariano en tareas de defensa aérea de punto de corto alcance.

El cambio de uno de los sistemas más avanzados de su tipo en el mundo, el cual estaba totalmente automatizado e integrado al sistema de combate 'TACTICOS' de la embarcación, por un arma diseñada en los años 50 representa un retroceso tecnológico y una desventaja táctica enorme que muestra el debilitamiento de la otrora poderosa fuerza naval venezolana.

Y el tema no para ahí, según reportes de periodistas venezolanos especializados en temas de defensa y publicaciones del Comando de Escuadra de la Armada Bolivariana, la institución tiene un plan para equipar a todos sus buques capitales (las patrulleras oceánicas, los buques de vigilancia litoral y la fragata F-22 Almirante Brión) con este tipo de armamento, obsoleto para los estándares actuales de la guerra naval.
La incorporación de este armamento ruso a todos los buques principales de la Armada Venezolana, dejaría entrever que los cañones rápidos Millenium de 35 mm no estarían operativos debido a problemas generados por su complejidad tecnológica -tanto del sistema, como de sus municiones inteligentes AHEAD- que no pueden ser solucionados por los técnicos venezolanos sin el apoyo de la empresa fabricante y sin los vitales repuestos que no estarían disponibles a consecuencia del veto impuesto a la compra de armamento occidental por parte del régimen chavista.

Quizás es por esto que ante la falta de un sistema CIWS (Close in Weapon System) como el Millenium, el alto mando naval optara como medida desesperada, montar en sus naves uno de los 300 cañones ZU-23 que tiene Venezuela en su inventario y así tener algo de capacidad de defensa de corto alcance en sus embarcaciones. Tienen un alcance efectivo de 2 kilómetros a una altura de 1500 metros.

Y es que las diferencias entre los dos sistemas son abismales, el ZU-23 es un sistema manual que monta dos cañones automáticos 2A14 de 23 mm sobre un pequeño remolque, que puede convertirse en una batería estática. El arma se monta y dispara manualmente, con la ayuda de la mira óptica calculadora ZAP-23, en la cual se introducen los datos manualmente para proporcionar puntería automática limitada. 

El ZU-23/ZOM1 es la versión rusa modernizada que se ofrece en la actualidad a los clientes internacionales. Venezuela adquirió 300 unidades de la variante ZU-23/ZOM1-4 sin los lanzadores de misiles Igla-S integrados. Está equipado con un sistema de control de tiro que incluye un telémetro láser, cámara vídeo, mira telescópica infrarroja y una mira nocturna. Estas piezas forman parte de las unidades de defensa antiaérea de las principales brigadas del Ejército venezolano, así como del Comando Defensa Aeroespacial Integral (CODAI).

Por su parte el sistema Millennium de 35mm es un sistema fabricado por Rheinmetall Defence, que es considerado como uno de los más modernos sistemas de defensa naval antiaéreo y antimisil para defensa de punto actualmente en servicio. El cañón es capaz de combatir misiles antiradar a distancias de 1.200 metros, misiles de crucero a 2.000 metros, y aviones y helicópteros a 3.500 metros. 

Utiliza la munición inteligente AHEAD, que una vez accionada es capaz de ser programada para detona a una distancia determinada, esparciendo en el aire 152 pequeños proyectiles formando una nube de metralla hacia las amenazas entrantes, ya sean aeronaves o misiles supersónicos anti-buques o antiradar. Esta arma completamente automatizada es dirigida por los directores de tiro de las embarcaciones (como por ejemplo el sistema electro-óptico Thales Mirador) o desde el propio radar de vigilancia de la embarcación.
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