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Unos minutos antes de las 10 de la mañana de este lunes 29 de Junio, un Boeing 737 MAX despegó del Aeropuerto Boeing Field, ubicado en la ciudad de Seattle (Washington) con un piloto de la Administración Federal de Aviación (FAA) en los controles, para iniciar los vuelos de recertificación que marcan un paso importante para devolver el problemático avión comercial al servicio de aerolíneas y pasajeros.

Aunque queda mucho trabajo adicional para obtener la aprobación de la FAA una vez que se completen estos vuelos, la autorización para que el MAX regrese al servicio en los Estados Unidos -suponiendo que no haya más retrasos inesperados- podría llegar a mediados de septiembre.

Los vuelos de prueba se llevarán a cabo durante los próximos tres días y en ellos se evaluarán los cambios propuestos por Boeing al sistema automatizado de control de vuelo en el MAX. Este es el software llamado MCAS (Sistema de aumento de características de maniobra) que se activó erróneamente en dos vuelos que se estrellaron, matando a 346 personas y que provocó su inmediata puesta en tierra a nivel mundial.

Bajo un intenso escrutinio por parte de la FAA y los reguladores extranjeros, Boeing ha realizado múltiples cambios durante el año pasado en sus planes para actualizar los sistemas del avión. El inicio de estos vuelos de recertificación indica que Boeing ha finalizado sus cambios y los entregó a la FAA.

En una carta al Congreso este fin de semana, la FAA dijo que "en las últimas semanas" ha estado revisando la evaluación de seguridad del sistema de Boeing y que ha completado esa revisión. Los vuelos de prueba permitirán a la FAA evaluar la actualización finalizada al MCAS a medida que sus pilotos realizan una amplia gama de maniobras de vuelo y procedimientos de emergencia para evaluar si los cambios cumplen con los estándares de certificación de la FAA.

A bordo del avión hay pilotos de prueba e ingenieros de la FAA y Boeing. Una vez que se completen esta serie de vuelos esta semana, la FAA tendrá que pasar semanas revisando los datos generados para garantizar que el avión funcione como se espera.

"Si bien los vuelos de certificación son un hito importante, quedan varias tareas clave", dijo la FAA en un comunicado, agregando que está "siguiendo un proceso deliberado y tomará el tiempo necesario para revisar a fondo el trabajo de Boeing". "Levantaremos la orden de puesta a tierra solo después de que estemos satisfechos de que la aeronave cumple con los estándares de certificación", concluyó el comunicado.

Después de que los pilotos de la FAA hayan completado los vuelos de prueba y se hayan revisado los datos obtenidos, el jefe de la FAA Stephen Dickson, ex capitán de Delta, dijo que él mismo volará el avión antes de firmar la aprobación del MAX para reanudar el servicio de pasajeros nuevamente.

En paralelo al trabajo de revisión de los datos de la prueba de vuelo, la FAA también debe completar una revisión de los cambios al manual de vuelo propuestos por Boeing y la capacitación mínima que se requerirá antes de que cualquier piloto pueda volar el avión. Este trabajo lo realiza la Junta de Normalización de Vuelo (FSB) de la FAA y también será evaluado por los reguladores internacionales de aviación de Europa, Canadá y Brasil.

La autorización de la FAA dará a las aerolíneas estadounidenses la aprobación para volar el avión. Los reguladores extranjeros deberán autorizar por separado el MAX para volar en sus jurisdicciones. Se espera que la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) y Transport Canada den su aprobación poco después de la FAA.

Esas agencias han exigido cambios adicionales y menos urgentes a los controles de vuelo MAX que Boeing tendrá que implementar, aunque estos cambios serán necesarios solo después de que el avión vuelva a estar en servicio.
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