La Armada de los Estados Unidos realizó oficialmente la incorporación su buque de guerra más moderno operado a la fecha, se trata de un destructor sigiloso de última generación que ingresó formalmente al servicio más de tres años después de ser comisionado, según lo anunció esa fuerza militar el pasado viernes.
El nuevo buque, que pesa aproximadamente 15.000 toneladas, está dotado con las últimas tecnologías para llevar a cabo operaciones tanto defensivas como ofensivas. De acuerdo con el comandante de la nave, estos sistemas proporcionan energía con una capacidad de hasta 78 megavatios, "suficiente para suministrar electricidad a una ciudad pequeña o una empresa mediana".
La tecnología de sigilo, por su parte, hará que el Zumwalt sea prácticamente 'invisible' para el enemigo. En los radares aparecerá como una nave mucho más pequeña, y el bajo nivel ruido que emite estando en funcionamiento lo convertirá en un barco aún más difícil de detectar para los submarinos enemigos.
A pesar de su gran tamaño, 165 metros de eslora por 25 de manga, el personal de la nave será de solo 147 personas, pues el gran equipo técnico del Zumwalt hace innecesario una tripulación más numerosa.
El destructor tendrá como misión operar en aguas costeras poco profundas, apoyar con fuego a las fuerzas terrestres y derribar blancos aéreos, además de combatir contra otros objetivos navales. El buque está equipado con un nuevo radar, un sonar, misiles de 160 kilómetros de alcance y armas de fuego de gran alcance. Su coste total es de unos 4.400 millones de dólares.
"El equipo de pruebas de combate, compuesto por marineros, ingenieros de Raytheon y equipos de actividades de campo de la Marina, han trabajado diligentemente para preparar al USS Zumwalt para pruebas más complejas en el mar", dijo el capitán Kevin Smith, Gerente de la Oficina de Programas Ejecutivos de la Armada, un comunicado. "Estoy emocionado de comenzar a demostrar el rendimiento de este increíble barco".
El buque de 4 mil millones de dólares se ha enfrentado a una gran cantidad de demoras en su desarrollo y costos excesivos. La Marina redujo sus planes originales de comprar más de dos docenas de las nuevas naves a tres.
El segundo de los destructores de la clase Zumwalt, el Michael Monsoor, tiene su hogar en San Diego y está siendo activado por la Armada, mientras que el tercer y último barco de la clase, el futuro Lyndon B. Johnson, está en construcción en Maine.
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