Aviones de combate A-29 Super Tucano de la Fuerza Aérea Brasilera interceptaron un avión bimotor que volaba de manera irregular en el espacio aéreo brasilero con más de 500 kilos de cocaína, en su interior. El hecho se presentó el pasado 6 de marzo en la región de Nova Fernandópolis cuando la aeronave, de matrícula PR-EBF, fue detectada por el sistema de defensa aérea.
Tres A-29 Super Tucano de la Fuerza Aérea y un avión radar Embraer E-99 Erieye fueron empleados para monitorear e interceptar el avión proveniente de Bolivia siguiendo todos los protocolos internacionales.
El piloto militar brasilero interrogó al piloto de la aeronave invasora pero no obtuvo respuesta. En ese momento, la aeronave fue clasificada como sospechosa. En consecuencia, la Fuerza Aérea ordenó el cambio de ruta y el aterrizaje obligatorio en el aeródromo de Cuiabá, pero el piloto del avión interceptado no obedeció. Cuando la defensa aérea estaba a punto de iniciar la fase de disparos de advertencia, el avión interceptado realizó un aterrizaje forzoso en el área rural del municipio de Nova Fernandópolis.
El piloto de la aeronave fue obligado por un avión de combate Súper Tucano (A-29 de la brasileña Embraer) a realizar un aterrizaje forzado en Brasil, lo que hizo en una zona de cultivos en Tangará da Serra, municipio de Mato Grosso, estado del oeste del país fronterizo con Bolivia.
Pese a que el piloto consiguió huir al parecer apoyado por cómplices en Brasil, agentes de la Policía Federal enviados al lugar del aterrizaje hallaron en el interior de la aeronave una carga de cocaína que calculan en cerca de 500 kilos, aunque el alcaloide aún estaba por pesarse.
La interceptación hizo parte de la Operación Ostium, realizada en forma conjunta por la Fuerza Aérea Brasileña y la Policía Federal y que busca reforzar la vigilancia del espacio aéreo brasileño próximo a las fronteras con Bolivia y Paraguay, principales puertas de entrada de drogas a Brasil.
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