Rusia entregó a Siria el sistema de defensa antiaérea S-300 para mejorar la seguridad de su personal militar desplegado en el país, dijo esta semana el ministro de Defensa de Rusia, Sergei Shoigu.
“Hemos completado la entrega del sistema S-300. Esto incluye 49 piezas de equipo: localizadores, sistemas de detección básicos, control de vehículos y cuatro lanzamisiles”, dio Shoigu durante una reunión con el presidente ruso Vladimir Putin y miembros del Consejo de Seguridad de Rusia, se indicó en una transcripción del Kremlin.
La entrega se completó el lunes y forma parte de las medidas encaminadas a fortalecer los sistemas de defensa antiaérea de Siria y a proteger al personal ruso, dijo el ministro.
Además, el sistema de guerra electrónica en Siria fue reforzado significativamente y ya comenzó también la entrega del equipo del sistema de control unificado.
El Ministerio de Defensa empezó a capacitar al personal seleccionado y a especialistas para usar el sistema S-300, lo cual durará tres meses, dijo Shoigu.
El 17 de septiembre, un avión de reconocimiento ruso Il-20 fue derribado por error por el sistema S-200 de Siria cuando se preparaba para aterrizar en la base aérea rusa de Hmeymim en un momento en el que cuatro cazas israelíes realizaban un ataque aéreo cerca del lugar.
La semana pasada, Shoigu dijo que Moscú reforzaría la defensa antiaérea de Siria con el moderno sistema antimisiles S-300 y con dispositivos para la identificación de amigos y enemigos en un lapso de dos semanas.
DATOS CLAVES SOBRE LOS S-300
El S-300, cuya designación OTAN es SA-10, es un sistema transportable de lanzamiento de misiles rusos, superficie-aire y antibalísticos, que fueron fabricados por la Unión Soviética, con el objetivo de interceptar objetivos aéreos.
Los S-300 fueron desarrollados para neutralizar blancos enemigos como helicópteros, aviones de combate y misiles. Son transportables en camiones y funciona con otros vehículos equipos con radares y estaciones de mando.
Los S-300 entraron en servicio en 1978 y continúan operativos para las Fuerzas Armadas de Rusia, y varios países. Siguen en construcción, y se han realizado varias versiones hasta 2005. Su coste unitario hacia 2009 se calculaba en US$ 150 millones. Su sucesor es el S-400.
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