El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha confirmado que Ucrania mantiene negociaciones paralelas con Francia para la posible adquisición de aviones de combate Dassault Rafale, como parte de un ambicioso programa de modernización de la Fuerza Aérea del país.
Durante un encuentro con periodistas recogido por la agencia Ukrinform, Zelenski reveló que su gobierno sostiene conversaciones simultáneas con Suecia, Francia y Estados Unidos para la incorporación de tres plataformas que transformarán la estructura y las capacidades de su aviación de combate: el Saab Gripen, el Dassault Rafale y el F-16 Fighting Falcon.
“Estoy llevando a cabo tres negociaciones paralelas sobre cazas: con los suecos, con los franceses y con los estadounidenses”, afirmó Zelenski. “Son las tres plataformas que hemos identificado como clave para el futuro de nuestra aviación”.
La posibilidad de que Ucrania adquiriera cazas Rafale no es nueva. Ya en 2021, el entonces presidente francés Emmanuel Macron había considerado ofrecer el avión a Kiev durante una visita oficial, con el objetivo de sustituir la envejecida flota de cazas soviéticos MiG-29 y Su-27. Sin embargo, la iniciativa quedó congelada por la invasión rusa de 2022 y la prioridad inmediata de obtener cazas occidentales disponibles a corto plazo, como el F-16.
Fuentes diplomáticas citadas por medios europeos señalan que el diálogo actual con Francia se reanudó en verano de 2025, tras la decisión de París de ampliar su cooperación militar con Kiev más allá del suministro de misiles SCALP-EG y vehículos blindados AMX-10RC.
Según estas fuentes, las conversaciones incluyen no solo la posible venta directa de Rafale, sino también la participación de la industria ucraniana en la infraestructura de mantenimiento y entrenamiento, una medida que Francia considera esencial para garantizar la sostenibilidad operativa de cualquier futura flota.
El Dassault Rafale, en servicio con la Fuerza Aérea y Naval francesa y adoptado por varios países como Egipto, Grecia, India, Croacia, Catar y Emiratos Árabes Unidos, es un caza polivalente de generación 4++ capaz de realizar misiones de superioridad aérea, ataque a tierra, reconocimiento, disuasión nuclear y guerra naval.
Propulsado por dos motores Snecma M88-2, el Rafale puede alcanzar velocidades de Mach 1.8 y operar a más de 50.000 pies de altitud. Su aviónica avanzada, sistema de fusión de sensores y radar AESA RBE2-AA lo convierten en uno de los cazas más versátiles del mundo.
Uno de los aspectos más destacados del Rafale es su compatibilidad con el misil aire-aire Meteor, desarrollado por el consorcio europeo MBDA, que proporciona capacidad de combate más allá del alcance visual (BVR) de más de 150 kilómetros, un factor que supondría una ventaja decisiva frente a los cazas rusos de diseño soviético que aún operan en el frente.
De concretarse, la incorporación del Rafale representaría un desafío logístico y financiero significativo para Ucrania. El coste unitario de la aeronave, estimado en más de 120 millones de euros, y su elevado nivel de mantenimiento requerirían apoyo sostenido de Francia y de socios europeos.
No obstante, analistas de defensa señalan que la opción francesa podría complementarse con los F-16 de origen estadounidense, cuyo entrenamiento de pilotos ucranianos ya está en marcha en Dinamarca y Rumanía, y con los Gripen C/D suecos, más ligeros y de operación más económica.
De acuerdo con expertos del Royal United Services Institute (RUSI), una flota mixta podría permitir a Kiev disponer de capacidades diversificadas, aprovechando los distintos puntos fuertes de cada plataforma: el Rafale como caza pesado polivalente, el Gripen como interceptor ágil y el F-16 como vector versátil y ampliamente interoperable dentro de la OTAN.
La disposición de París a abrir un nuevo capítulo de cooperación con Kiev refuerza el papel de Francia como uno de los principales proveedores de defensa europeos y como impulsor de la autonomía estratégica del continente.
El ministro de Defensa francés, Sébastien Lecornu, ha reiterado en varias ocasiones que “el apoyo a Ucrania incluye no solo suministros inmediatos, sino también la construcción de una capacidad militar sostenible a largo plazo”. La negociación por los Rafale se inscribiría en esta lógica, situando a Dassault Aviation y al ecosistema industrial francés en una posición clave dentro del esfuerzo de reconstrucción militar ucraniano.
Aunque por ahora no se han anunciado compromisos concretos, el interés de Kiev por el Rafale refleja una visión estratégica de futuro más allá del conflicto actual. Con la guerra aún en curso y la expectativa de integrar progresivamente sistemas occidentales, Ucrania busca consolidar una aviación de combate plenamente interoperable con los estándares de la OTAN, de cara a una futura adhesión.
De materializarse, la llegada de los Rafale —junto a los F-16 y Gripen ya en evaluación— supondría el fin definitivo de la era soviética en los cielos ucranianos, y el inicio de una nueva generación de poder aéreo europeo en el flanco oriental de la Alianza.
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| Ucrania negocia con Francia la adquisición de cazas Rafale para reforzar su aviación de combate |


