Ucrania podría recibir pronto carros de combate M1A1 Abrams retirados del servicio por el ejército australiano, ya que Canberra está colaborando con Washington en un plan, según fuentes. "Los soldados ucranianos podrían utilizar pronto estos carros de combate australianos retirados, con el gobierno de Canberra trabajando junto con la administración Biden para facilitar su despliegue en el campo de batalla", han informado los medios de comunicación australianos.
Estos 59 tanques M1A1 Abrams, dados de baja en julio de este año, fueron adquiridos inicialmente en 2004 por 340 millones de dólares estadounidenses. Van a ser sustituidos por los modelos M1A2 SEPv3 Abrams mejorados.
Periodistas locales, haciendo referencia a fuentes del gobierno australiano, señalaron que Richard Marles, ministro de Defensa australiano, había explorado previamente "varias opciones" con el gobierno ucraniano para el envío de los viejos tanques. Este proceso debe ajustarse a la normativa sobre exportación de material militar estadounidense.
El procedimiento de transferencia de los carros de combate M1A1 Abrams de Australia a Ucrania consta de varios pasos. Comienza con una coordinación exhaustiva entre los gobiernos australiano y estadounidense. Dado que estos tanques se fabrican en Estados Unidos y contienen tecnología estadounidense, Australia debe obtener primero la aprobación de Washington para su exportación.
Se trata de un procedimiento estándar para la transferencia internacional de material militar estratégico de fabricación estadounidense, como los tanques Abrams. Una vez obtenida la autorización, la siguiente fase consiste en ultimar los detalles logísticos del transporte de los carros, probablemente por vía aérea o marítima, para garantizar una entrega rápida y segura a Ucrania.
Los tanques retirados del servicio podrían necesitar algún tipo de preparación adicional antes de ser enviados. Esto podría implicar la restauración de su capacidad técnica o la realización de modificaciones mínimas de acuerdo con los requisitos específicos del ejército ucraniano. Además, las tripulaciones militares ucranianas necesitarán entrenamiento para manejar estos tanques, un entrenamiento que probablemente será organizado por especialistas militares estadounidenses o de otros países aliados con experiencia en el manejo de tanques Abrams.
Fuentes locales indican que Kiev ha buscado insistentemente el apoyo de Canberra para el suministro de material militar, alineándose con los esfuerzos de Washington, Londres y Berlín. Sin embargo, algunos equipos retirados del servicio, como coches patrulla, vehículos blindados de transporte de tropas y vehículos todo terreno, se pusieron a la venta en plataformas comerciales.
La decisión de enviar material militar pesado a Ucrania está suscitando reacciones encontradas en Australia. Por un lado, el primer ministro Anthony Albanese se enfrenta a la presión de la comunidad ucraniana, que reclama un apoyo más activo a Ucrania. Por otro lado, parte de la opinión pública se muestra cautelosa ante la implicación de Australia en el conflicto, especialmente en lo que respecta al despliegue de tanques pesados.
Los adversarios políticos de Albanese podrían cuestionar las ramificaciones financieras y diplomáticas de tal medida, especialmente en lo que respecta a las relaciones con Rusia.
En Estados Unidos, es probable que la administración Biden acoja con satisfacción la decisión de Australia. Washington está muy interesado en aumentar la ayuda militar a Ucrania y apoya a sus aliados para que proporcionen a Kiev los equipos y recursos necesarios. Esto se alinea con la estrategia más amplia de la OTAN para contrarrestar la agresión rusa.
No obstante, el panorama político interno de Estados Unidos sigue dividido: algunas facciones conservadoras y aislacionistas critican el importante apoyo militar a Ucrania, argumentando que los recursos deberían destinarse a cuestiones internas.
A principios de este año, se informó de que el Ministerio de Defensa australiano se negó a enviar a Ucrania helicópteros MRH-90 Taipan fuera de servicio, a pesar de las peticiones oficiales de Kiev. Las Fuerzas Armadas australianas dejaron de utilizar estos helicópteros tras un trágico accidente en el que murieron cuatro soldados. En su lugar, optaron por desechar los fuselajes de los helicópteros y vender las piezas restantes.
Se espera que la reacción de Rusia ante el posible suministro de tanques Abrams a Ucrania sea rápida y contundente, sobre todo teniendo en cuenta las ya nefastas advertencias de Moscú. Funcionarios rusos, incluido el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, han declarado claramente que cualquier ayuda militar occidental a Ucrania se considera una intervención directa en el conflicto.
Moscú considera tales acciones como "jugar con fuego" y ha declarado que cualquier equipo destinado al ejército ucraniano se considerará un objetivo legítimo para las fuerzas rusas. Por lo tanto, si los tanques Abrams australianos llegan al campo de batalla, es probable que Moscú intensifique sus esfuerzos para neutralizarlos.
Esta amenaza no se limita únicamente a los ataques militares contra los suministros; también podría manifestarse en contramedidas diplomáticas y económicas contra los países que suministran armas a Ucrania. El gobierno ruso ya ha impuesto sanciones a los países que apoyan activamente a Kiev, y podría ampliarlas a Australia si se entregan los tanques.
Además, Rusia podría aprovechar los canales diplomáticos para influir en otras naciones, lo que pondría de relieve los riesgos potenciales asociados al suministro de ayuda militar a Ucrania.
Además, en respuesta a estos suministros, se espera que Rusia intensifique sus operaciones militares. El ejército ruso podría desplegar más fuerzas en zonas críticas o llevar a cabo ataques estratégicos para subrayar la inutilidad de la ayuda militar occidental para alterar el curso del conflicto. Esta reacción tendría como objetivo desmoralizar a las fuerzas ucranianas e intimidar a los países occidentales que siguen enviando armas a Kiev.
La decisión de Australia de enviar tanques M1A1 a Ucrania no mermará sus propias capacidades operativas. Los nuevos tanques M1A1 SEPv3 Abrams, que Australia ha empezado a recibir, cuentan con características técnicas y de combate superiores. Estos carros son la última y más avanzada encarnación de la fiable plataforma de combate M1 Abrams.
Equipados con avanzados sistemas de control de fuego y comunicaciones, los tanques Abrams SEPv3 de Australia incorporan nuevos sistemas electrónicos que mejoran la coordinación en el campo de batalla. El arma principal sigue siendo el potente cañón de ánima lisa M256 de 120 mm, conocido por su excepcional potencia de fuego y precisión.
El modelo SEPv3 también cuenta con un blindaje mejorado y sistemas antimisiles integrados, lo que aumenta significativamente la capacidad de supervivencia de la tripulación en los escenarios de combate modernos.
Con un peso aproximado de 73 toneladas, estos tanques están propulsados por un formidable motor de turbina de gas de unos 1.500 CV, que les permite alcanzar velocidades de hasta 67 km/h en terreno llano a pesar de su peso. Las tecnologías de eficiencia de combustible mejoradas reducen aún más el consumo de combustible en comparación con los modelos anteriores. Además, la mayor facilidad de mantenimiento y modularidad de la versión SEPv3 facilitan unas reparaciones más rápidas y eficientes en el campo de batalla.
El armamento secundario incluye la ametralladora M2 de calibre 50 y la ametralladora M240 de 7,62 mm. Estos tanques también están equipados con sensores de infrarrojos y un avanzado sistema de control de tiro, lo que garantiza una puntería eficaz en todas las condiciones de visibilidad. Con estas características, el Abrams australiano no sólo está bien protegido y es ágil, sino que también es una fuerza formidable en el campo de batalla, capaz de enfrentarse eficazmente a tanques enemigos, infantería y diversos objetivos blindados.
Australia y Estados Unidos negocian el envío de 59 tanques M1A1 Abrams a Ucrania |