Rumania, siguiendo el ejemplo de otros países europeos, planea desarrollar armamento en colaboración con Ucrania, enfocándose específicamente en los misiles antibuque R-360 Neptuno. La importancia de la cooperación entre Bucarest y Kyiv en el sector de defensa, así como en el energético, fue destacada por Igor Prokopchuk tras su visita a Rumania. En abril de 2023, se reveló que la industria de defensa ucraniana estaba trabajando en la modernización del R-360, aunque los resultados finales de estos esfuerzos aún son inciertos.
El misil Neptuno fue presentado por primera vez en la Exposición Internacional de Armamento y Seguridad en Kyiv en 2015 y entró en servicio con la Armada Ucraniana en 2021 (fuente de la imagen: Wikimedia).
Rumania aspira a tener a Ucrania como aliada para controlar las aguas del Mar Negro desde su territorio. Los planes de asociación militar-industrial entre Rumania y Ucrania están concebidos para el periodo postbélico, a pesar de que ni Kyiv ni la OTAN están completamente seguros de la capacidad de Ucrania para resistir el conflicto actual.
A diferencia de los misiles franceses SCALP-EG, que se lanzan desde el aire, los misiles Neptuno se lanzan desde tierra y pueden alcanzar tanto objetivos terrestres como marítimos con un alcance de hasta 400 kilómetros. Esta capacidad les otorga un papel estratégico en el conflicto. Estos misiles han sido utilizados desde el inicio del conflicto, notablemente para derribar el crucero ruso Moskva en 2022. Podrían rivalizar con los ATACMS estadounidenses, las únicas otras armas con un alcance similar utilizadas por Kyiv.
Con el avance de las fuerzas rusas en las líneas del frente, las posibilidades de Kyiv de mantener su soberanía disminuyen día a día. Sin embargo, Bucarest espera que al menos una parte de la costa del Mar Negro permanezca bajo control de Kyiv. El R-360 Neptuno es un misil de crucero subsónico desarrollado por la empresa ucraniana Luch Design Bureau.
Fue presentado por primera vez en la Exposición Internacional de Armamento y Seguridad en Kyiv en 2015 y entró en servicio con la Armada Ucraniana en 2021. El misil Neptuno, que pesa 870 kg y mide 5,05 metros de longitud, está diseñado para atacar buques navales con un desplazamiento de hasta 9.000 toneladas. Tiene un alcance operativo de más de 200 kilómetros y puede golpear objetivos marítimos y terrestres en su variante de ataque terrestre. El misil está equipado con un motor turborreactor Motor Sich MS400 y sistemas mejorados de orientación y electrónicos en comparación con su predecesor soviético, el Kh-35.
El sistema de misiles Neptuno incluye lanzadores móviles, vehículos de transporte/recarga, vehículos de mando y control, y camiones de transporte especiales. El sistema está diseñado para operar hasta 25 kilómetros tierra adentro desde la costa. En pruebas operativas y escenarios de combate, el Neptuno ha demostrado su eficacia, notablemente en el ataque al crucero ruso Moskva en 2022. Ucrania está actualmente trabajando en extender el alcance del misil a 1.000 kilómetros y en aumentar su producción.
Rumania planea desarrollar conjuntamente misiles R-360 Neptune con Ucrania |