Múltiples fuentes de inteligencia han informado que personal ruso ha viajado a Irán para entrenarse en el sistema de misiles balísticos Fath 360. Esta información, divulgada por Reuters el 9 de agosto de 2024, indica que Rusia podría estar preparándose para integrar los misiles balísticos de fabricación iraní en su arsenal militar. El 10 de agosto de 2024, el representante de Irán ante la ONU desmintió el informe de Reuters del 9 de agosto de 2024, que afirmaba que Irán planeaba suministrar cientos de misiles a Rusia para su guerra en Ucrania.
El Fath 360 es un sistema de defensa de misiles móvil capaz de lanzar misiles balísticos con un alcance máximo de 120 kilómetros (75 millas) y una ojiva de 150 kilogramos. Diseñado para ataques de precisión, el Fath-360 es reconocido por su capacidad para impactar objetivos de corto alcance con alta precisión. Esto lo hace particularmente útil para Rusia, que ya cuenta con un extenso arsenal de misiles balísticos de largo alcance.
Un misil balístico es un tipo de misil que es propulsado durante la fase inicial de su vuelo por un motor de cohete, y luego sigue una trayectoria curva predeterminada, influenciada principalmente por la gravedad, mientras se dirige hacia su objetivo. Estos misiles pueden ser lanzados desde diversas plataformas, incluyendo silos basados en tierra, lanzadores móviles, submarinos o aviones. Los misiles balísticos son capaces de llevar ojivas convencionales o nucleares a distancias cortas, medianas o largas, que van desde unos pocos cientos de kilómetros hasta rangos intercontinentales de más de 10,000 kilómetros. Su alta velocidad y capacidad para entregar ojivas poderosas los convierten en un componente significativo de los arsenales militares modernos y un elemento central en la disuasión estratégica global.
Según expertos militares, la adquisición del sistema de misiles balísticos Fath 360 podría permitir a Rusia diversificar sus estrategias de despliegue de misiles. Al emplear el sistema iraní para objetivos de corto alcance, Rusia podría conservar su propio stock de misiles balísticos para ataques a objetivos más distantes, lo que podría extender su alcance operativo en el conflicto en curso con Ucrania.
Una fuente de inteligencia sugirió que el entrenamiento del personal ruso en el sistema Fath-360 es un claro indicio de que las entregas reales de misiles podrían ser inminentes. Este movimiento subraya la importancia estratégica del sistema de misiles para Rusia, particularmente mientras busca mantener su impulso militar en Ucrania.
Desde que comenzó la guerra en Ucrania en febrero de 2022, la relación entre Irán y Rusia se ha transformado en una robusta alianza estratégica con implicaciones significativas para la geopolítica regional y global. Esta creciente asociación está impulsada por una convergencia de intereses compartidos, particularmente en contrarrestar la influencia occidental, sortear las sanciones internacionales y mejorar las capacidades militares.
Uno de los aspectos más visibles de esta colaboración ha sido en el ámbito militar. Poco después de que estallara el conflicto, se informó que Irán había comenzado a suministrar a Rusia vehículos aéreos no tripulados (UAV), específicamente los drones Shahed-136. Estos drones, conocidos por su rentabilidad y flexibilidad operativa, han sido utilizados extensamente por las fuerzas rusas en Ucrania. Sirven para propósitos duales: reconocimiento y como municiones merodeadoras, que pueden flotar sobre un campo de batalla antes de atacar objetivos. Los Shahed-136 han permitido a Rusia mantener la presión sobre las fuerzas ucranianas mientras conserva armamento más avanzado y costoso.
Las recientes revelaciones sobre el interés de Rusia en adquirir el sistema de misiles Fath-360 de Irán destacan aún más los crecientes lazos militares entre las dos naciones. El Fath-360, diseñado para ataques de precisión con un alcance de 120 kilómetros, podría reforzar significativamente las opciones tácticas de Rusia en Ucrania. El personal ruso ya ha comenzado a entrenarse en Irán para operar este sistema, lo que sugiere que Moscú se está preparando para integrar estos misiles en sus operaciones militares. La adquisición del Fath-360 permitiría a Rusia asignar sus misiles más avanzados a objetivos distantes mientras utiliza los misiles iraníes para enfrentamientos más cercanos, mejorando así su flexibilidad operativa y sostenibilidad en el conflicto.
La colaboración económica entre Irán y Rusia también se ha intensificado, ya que ambos países enfrentan severas sanciones internacionales: Rusia por su invasión de Ucrania e Irán por su programa nuclear y actividades regionales. Estas sanciones han obligado a Teherán y Moscú a explorar mecanismos comerciales alternativos, particularmente a través de la desdolarización de su comercio bilateral. En 2022, ambas naciones acordaron realizar transacciones en sus respectivas monedas nacionales, el rublo y el rial, como una estrategia para eludir el sistema financiero global dominado por el dólar estadounidense y reducir el impacto de las presiones económicas occidentales.
Esta creciente asociación económica y militar refleja un alineamiento estratégico más amplio entre Irán y Rusia, impulsado por un deseo compartido de desafiar la hegemonía occidental y afirmar su influencia en el escenario global. La colaboración no solo fortalece sus posiciones individuales, sino que también plantea nuevos desafíos para la comunidad internacional, particularmente en el contexto de la guerra en curso en Ucrania. A medida que esta alianza continúa evolucionando, es probable que sus implicaciones resuenen mucho más allá del conflicto inmediato, moldeando el panorama geopolítico en los años venideros.
Irán suministrará misiles balísticos Fath 360 a Rusia para su uso contra Ucrania |