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El Pleno del Congreso aprobó la resolución legislativa que permite un acuerdo entre el Perú y Estados Unidos para combatir el narcotráfico mediante la interceptación de las avionetas que extraen la droga desde nuestro país.

Se espera que reanudar la interceptación aérea contribuya a reducir el flujo de la droga, el cual experimentó un crecimiento exponencial en los últimos años, reportó el Ejecutivo peruano el año que pasó.

De acuerdo con información de la Policía Nacional, mafias extranjeras de narcotraficantes emplean aeronaves para ingresar al territorio peruano con el propósito de extraer la droga producida dentro de nuestras fronteras, especialmente en la zona del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem).

Dichas aeronaves utilizan pistas clandestinas construidas artesanalmente en el espesor de la selva para aterrizar y cargar la mercancía, luego despegan y cruzan la frontera nuevamente, aprovechando el escaso control.

Se calcula que solo en el 2023 al menos 133 toneladas de cocaína habrían salido del territorio nacional en avionetas que despegan de estas pistas ilegales.

Es preciso cortar esta ruta si se pretende frenar el avance del narcotráfico. Recordemos que somos uno de los principales productores de cocaína en el ámbito mundial y ello contribuye a generar mayor inseguridad, corrupción, violencia y otros graves males.

La interdicción aérea puede convertirse en una herramienta útil contra este flagelo. Para ello será necesario que la medida sea coercitiva y realmente un elemento que disuada a las mafias de emplear la ruta aérea.

El programa de interdicción aérea desarrollado entre el Perú y Estados Unidos en la década de 1990 debió suspenderse a raíz de la lamentable equivocación de un avión militar que derribó a una avioneta de misioneros al confundirla con un vuelo de narcotraficantes.

Errores similares no pueden repetirse y, por ello, la interdicción aprobada sería de carácter no letal. Sin embargo, deben buscarse los procedimientos más efectivos para que los vuelos de interceptación tengan los medios para obligar a las aeronaves infractoras a entregarse a las autoridades sin que ello implique el uso de la fuerza.

Es destacable, además, que en virtud del acuerdo entre el Perú y Estados Unidos este último país brinde equipos técnicos, como radares, para facilitar la labor de interdicción, así como asesoría e información de inteligencia con el propósito de optimizar esta delicada labor.

No obstante, es fundamental recalcar que la lucha contra el narcotráfico no depende únicamente de la interdicción. Esta medida complementa la estrategia desplegada por el gobierno, que incluye acciones multisectoriales, entre las cuales destacan las de corte social, como la sustitución de cultivos, apoyo a los productores de coca a fin de ofrecerles alternativas rentables, control de precursores químicos, entre otras. Con esfuerzo y trabajo coordinado se obtendrán los resultados esperados.
El Congreso de Perú aprobó acuerdo con EEUU para la intercepción de aviones del narcotráfico
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