Los primeros cuatro buques de combate litoral (LCS) de la Armada de los Estados Unidos serán retirados del servicio activo el próximo mes de marzo, a tan solo 15 años de su incorporación a la marina norteamericana. El anuncio fue hecho por el Jefe de Operaciones Navales el pasado 20 de junio.
Los buques USS Freedom, USS Independence, USS Fort Worth y USS Coronado serán desactivados el 31 de marzo de 2021 de una manera temprana, si se considera que la expectativa de vida de un buque de guerra supera las dos o tres décadas de servicio (por ejemplo, el USS Coronado fue entregado hace tan solo seis años).
La Armada de EE.UU. decidió sacar estos buques de su flota para ahorrar el dinero que sería necesario invertir a futuro en su modernización, destinándolo a sus nuevas construcciones navales y modernización de otros buques de guerra con mayores capacidades de combate.
Según el Contralmirante Randy Crites, subsecretario adjunto de la Armada para el presupuesto, estos LCS son utilizados como embarcaciones de prueba donde se ensayan todos los sistemas, armamento y tecnología que posteriormente son instalados en el resto de buques de la clase; pero la Armada consideró hace poco que habían alcanzado el final de su vida útil y que no valía la pena realizar cualquier esfuerzo de modernización que requiriera una inversión financiera más profunda.
"Esos cuatro buques de prueba fueron fundamentales para exigir a la tripulación, el mantenimiento y todas las demás cosas que necesitábamos aprender de ellos", dijo Crites a los periodistas. "Pero no están configurados como los otros LCS de la flota, y necesitan mejoras significativas. Todo, desde los sistemas de combate, hasta las estructuras y demás elementos son caros de actualizar".
Los buques serán puestos en estado de reserva inactivo, lo que significa que posiblemente podrían reactivarse si fuera necesario hacerlo durante una crisis.
Dividido entre dos variantes, una línea de buques de guerra monocasco de acero tradicional y otra con un diseño de trimarán de aluminio, los LCS estaban destinados a servir como buques de guerra rápidos y ágiles, capaces de transformarse en un buscaminas, un buque antisubmarino o para la guerra antisuperficie.
Crites dijo que los primeros cuatro barcos se habían vuelto irrelevantes para un escenario de conflicto frente a una gran potencia armamentística y que el dinero podría gastarse en mejores opciones.
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