Cerca de 500 personas de las Fuerzas Armadas de Colombia recibieron el saludo del Papa Francisco antes de viajar desde el Comando Aéreo de Transporte Militar (Catam) a Villavicencio. Un grupo de uniformados heridos en combate de las Fuerzas Militares y de Policía, familiares y hablaron con el Papa y recibieron su agradecimiento por el inagotable trabajo por la paz de Colombia.
"Quiero agradecerles lo que han hecho y lo que hacen por la paz poniendo en juego la vida, eso es lo que hizo Jesús, nos pacificó; el Padre puso en juego su vida y la entregó, esto nos hermana más a Jesús, arriesgar para hacer paz, para lograr paz, gracias de corazón por todo esto", les dijo el pontífice.
Durante este encuentro realizado este viernes en la base de Catam, el infante de marina Edwin Restrepo aseguró que “fue grandioso saludarlo porque no esperaba ese momento en el que Su Santidad agradeció por lo que hemos hecho por Colombia. Luego le pedí el favor de que orara por todos nosotros, por los uniformados activos, por los retirados, por nuestras familias y nuestros compañeros. Además le di la bienvenida a Colombia y un regalo”.
Andrés Felipe Guerra, herido de la Policía Nacional, logró saludar personalmente al Papa y “le dije que iba a orar por él, y también a pedirle a Dios que le dé mucha vida y salud para que siga recorriendo todo el mundo llevando su palabra y mensaje de paz a todos”.
“Fue un momento especial en el que nació un recuerdo especial para toda mi vida”, afirmó este uniformado quien hace dos años resultó herido por un ataque con ‘tatucos’ del extinto frente 60 de las Farc, en El Mango (Cauca).
Guerra quedó con lesiones severas en su médula espinal y dejó de caminar, luego de proteger con su propio cuerpo a uno de sus compañeros durante el ataque con explosivos.
“Cuando me llamaron de la Policía no creía en esto, y estoy muy orgulloso y contento por este momento y la invitación que recibí para conocer al Papa Francisco”, expresó emocionado.
“Es algo emocionante que pocas veces se ve y por eso teníamos que aprovecharlo, este viernes era nuestro día porque le pedí bendición para unas camándulas, y además me dejó su bendición y me regaló otra camándula”, narró Antonio José Orozco Medrano, infante de marina retirado y herido en combate en el año 2005.
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