Poderosos aviones de bombarderos rusos TU-22 Backfire han sido desplazados al aeródromo iraní de Hamadán en la que se se convierte en la primera operación militar en que el Ejército ruso emplea una base aérea iraní para bombardear al Estado Islámico en Siria. Hasta ahora los bombarderos y cazas rusos habían despegado de aeródromos nacionales y de la base siria de Hmeimim.
El desplazamiento de las aeronaves en el aeródromo de Hamadán ayudará a aumentar la eficacia del operativo antiterrorista. Los bombarderos han de cubrir una distancia de casi 2.000 kilómetros para alcanzar las posiciones de los terroristas en Siria si realizan sus vuelos desde los aeródromos nacionales. Sin embargo, solo 900 kilómetros separan la base de Hamadán de los objetivos en Siria, lo que disminuye el tiempo de vuelo casi en un 60%.
Los bombarderos rusos Tu-23M3 y Su-34 han partido este martes del aeródromo de Hamadán, en Irán, para participar en el operativo contra los terroristas del Estado Islámico y del Frente al Nusra en las provincias sirias de Alepo, Idlib y Deir ez-Zor.
Las aeronaves rusas han bombardeado cinco almacenes de armamento y varios campamentos de entrenamiento de los yihadistas así como tres puestos de mando de los terroristas cerca de las ciudades sirias de Jafra y Deir ez-Zor. Los bombarderos completaron la operación junto a los también cazas rusos Su-30 y Su-35, que operan desde la base aérea siria de Hmeimim.
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