Rusia botó al mar su nuevo submarino de propulsión nuclear K-329 Bélgorod en los astilleros en la norteña ciudad de Severodvinsk (Arjánguelsk) este 23 de abril. Este gigante y surper secreto sumergible tiene un desplazamiento de 24.000 toneladas, es el más largo de mundo y el primero que contará con una pequeña flota de drones subacuáticos... además de con torpedos de ojivas nucleares guiadas mediante inteligencia artificial.
Cada una de éstas cuenta con la potencia explosiva de dos megatones (más de 130 veces la potencia de la bomba de Hiroshima), según algunos expertos citados por las agencias de prensa internacionales están concebidos para destruir puertos o ciudades costeras y puede recorrer hasta 10.000 kilómetros a velocidades entre 60 y 70 nudos, de 110 a 130 km/h.
Este será el primer sumergible que portará el vehículo nuclear robótico Poseidón y ambos podrían cambiar de manera radical las capacidades de disuasión nuclear de la Armada rusa, que tendrá más opciones para "garantizar la seguridad" de Rusia, según estima su Jefe de Estado Mayor, el vicealmirante Andréi Volozhinski.
Las especificaciones de esta impresionante nave de propulsión nuclear permanecen clasificadas. Eso sí, se conoce su gigantesco tamaño —184 metros de eslora y 18,2 de manga, más que los submarinos estratégicos de misiles intercontinentales del proyecto 955A Boréi-A— y que tiene un desplazamiento en inmersión de casi 24.000 toneladas.
Por ahora, según ha hecho saber Rusia, el area de acción del submarino se limitará al Atlántico Norte y al Ártico (cuyas aguas ya navega), áreas donde la actividad submarina rusa se ha multiplicado por 10 sólo en la última década; pero se espera que en un futuro cuando este sistema logre su madurez operativa, sea desplegado a otras latitudes.
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