El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, ha informado que en el país sudamericano que está sumido en una profunda crisis política, económica y social comenzará, a finales de 2019, la fabricación de fusiles de asalto rusos Kalashnikov AK-103.
Así lo informó Padrino a periodistas tras reunirse con el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu; La construcción de la planta donde se producirán los rifles está “en pleno apogeo”, añadió el ministro venezolano.
"La fábrica empezará su trabajo antes de finales del año que viene. Los trabajos de construcción están en marcha", aseguró el representante del Gobierno venezolano en declaraciones recogidas por la publicación oficial rusa Sputnik News. "Los trabajos de construcción están en marcha, la planta es de importancia estratégica para la independencia de Venezuela y sus Fuerzas Armadas" añadió Padrino López.
La construcción de la fábrica fue suspendida en 2014, después de que la Fiscalía de Rusia descubriera que en 2010 y 2011 fueron malversados alrededor de 14 millones de dólares del fondo destinado a la obra. No obstante, en abril de 2016, la construcción se reanudó.
La fábrica de Kalashnikov es producto de un acuerdo de venta de armas y cooperación militar firmado por Vladímir Putin y Hugo Chávez en 2006.
El fusil de asalto AK-103 es una versión modernizada del Kalashnikov AK-74. Este rifle usa cartuchos de 7,62 mm, pesa 3,6 kilogramos, tiene capacidad para 30 balas y una cadencia de tiro de 600 disparos por minuto.
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