(Yonhap) - El presidente surcoreano, Moon Jae-in, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, han comenzado su histórico encuentro en la mañana de este viernes con un apretón de manos en la frontera fuertemente fortificada entre las dos Coreas.
La cumbre es el resultado de meses de disputas diplomáticas y negociaciones por parte de Moon, un antiguo defensor de la paz entre las Coreas. También se definirá el escenario para el primer encuentro entre un presidente estadounidense en funciones y un líder norcoreano, cuando Donald Trump y Kim se reúnan en mayo o junio.
Moon fue el primero en llegar a la frontera, en el Área de Seguridad Conjunta (JSA, según sus siglas en inglés), dentro de la Zona Desmilitarizada. Kim llegó más tarde y, poco después, apareció en el lado norte de Panmunjom.
Los dos líderes se estrecharon la mano mientras estaban de pie en su lado respectivo de la frontera. Posteriormente, Kim invitó, de manera imprevista, a Moon a cruzar la frontera intercoreana al lado norcoreano. El líder surcoreano aceptó la invitación con una gran sonrisa, cruzando brevemente la frontera con Kim antes de regresar juntos al lado surcoreano.
Al cruzar la frontera, Kim se convirtió en el primer líder norcoreano en poner pie en territorio surcoreano desde el fin de la Guerra de Corea de 1950-53. La cumbre intercoreana, la tercera de su tipo en la historia, es la primera en celebrarse en Corea del Sur.
Kim firmó en el libro de visitas de la Casa de la Paz, la sede de la tercera cumbre intercoreana, en el lado surcoreano de la Zona Desmilitarizada fuertemente fortificada. Allí escribió un mensaje de esperanza. "Una nueva historia comienza ahora, llegamos aquí con la sensación de que está comenzando una nueva historia en el camino hacia la paz y la prosperidad".
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