La justicia de Ecuador requiere al vicepresidente de Colombia, general en retiro Óscar Naranjo, y otros cinco altos mandos de la cúpula de las fuerzas militares que lideraron en 2008 la Operación Fénix, en la que fue abatido el segundo comandante de las FARC, alias Raúl Reyes.
El Tribunal de Garantías de Sucumbíos los cita para que respondan en el proceso por la muerte de cuatro mexicanos en el bombardeo en territorio ecuatoriano. La decisión judicial indica que si no se presentan voluntariamente, deben ser ubicados y capturados para ser presentados en audiencia.
Esta decisión se da luego que la Sala Única de la Corte Provincial de Justicia de Sucumbíos, en Ecuador, no admitió el recurso para declarar la nulidad del proceso que lleva a cabo sobre el bombardeo de Angostura, ocurrido en 2008 y en donde el ejército de Colombia atacó un campamento de las Farc ubicado en ese territorio ecuatoriano.
Además del vicepresidente Naranjo, los otros oficiales implicados son el General (r) Freddy Padilla, comandante de las Fuerzas Militares; General (r) mario Montoya, comandante del Ejército; Guillermo Barrera, comandante de la Armada Nacional; General (r) Jorge Ballesteros, comandante de la Fuerza Aérea y el Coronel (r) Camilo Álvarez.
“Inadmitir a trámite el recurso de apelación, por ilegalmente interpuesto e indebidamente concedido; pues lo que corresponde es, que se presenten voluntariamente o a su vez, se proceda a su ubicación, localización y captura de los procesados para que se realice la audiencia de juzgamiento, como bien sabido es por los jueces del Tribunal de Garantías Penales de Sucumbíos”, cita la medida interpuesta por el Tribunal de Sucumbíos que se encuentra vigente.
Desde julio de 2011, cuando el expediente llegó a manos del tribunal, los oficiales colombianos fueron acusados por la muerte de cuatro ciudadanos mexicanos, estudiantes de la Universidad Autónoma de México, cuyas familias aseguraron que estaban en ese lugar debido a supuestas razones académicas. La Fiscalía ecuatoriana aseguró que había razones para considerar que los altos mandos militares colombianos eran responsables de su violenta muerte.
La Operación Fénix causó la más fuerte crisis diplomática en la historia de Ecuador y Colombia, al punto que se rompieron las relaciones entre ambos países. Ecuador, con el respaldo de Venezuela, protestó enérgicamente por la violación de su soberanía nacional y el ataque a un campamento terrorista en su territorio.
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