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El Ministerio de Defensa de Brasil ha puesto a la venta, mediante la modalidad de subasta su portaaviones retirado NAe São Paulo, con ofertas que comienzan en 1.2 millones de dólares aproximadamente, tan sólo una décima parte de lo que pagó el país para comprar el buque a Francia hace casi dos décadas. El gobierno brasilero había decidido desactivar formalmente la gigantesca embarcación hace dos años dejando sin base de operaciones a su flota de cazas navales AF-1 Skyhawk que desde entonces han operado desde tierra.

Los brasileños pusieron oficialmente a la venta el portaviones el pasado 23 de septiembre de 2019, y hasta su desactivación era el buque naval más grande que sirvió con la bandera brasileña, el portaaviones Sao Paulo fue adquirido a la Marina de Francia en el 2000 por US$ 12 millones. El barco fue adquirido para reemplazar al portaaviones Minas Gerais, comprado al Reino Unido y operado por Brasil entre 1960 y 2001.

Según los datos recopilados de la armada brasileña, el Sao Paulo pasó un total de 206 días en el mar, en marcha por 54,024.6 millas (85,334 km), realizó 566 lanzamientos de aeronaves por catapulta. El principal avión operado en el buque era el caza naval AF-1, una designación nacional del McDonnell Douglas A-4 Skyhawk, que ahora se opera desde bases terrestres.
El Sao Paulo (A12), que sirvió inicialmente a la Armada francesa bajo el nombre 'Foch' era el navío insignia de la marina brasilera y el único portaaviones operativo en américa latina. Según un comunicado de la Dirección de Comunicaciones y Tecnología de la Información de la Armada, después de varios intentos de recuperar la capacidad operativa del Sao Paulo, el almirantazgo concluyó que un programa de modernización requeriría alta inversión financiera, contendría incertidumbres técnicas y requeriría una largo plazo ".

La intención inicial de la Marina era mantener en servicio activo hasta el año 2039, fecha en la cual buque tendría casi 80 años de funcionamiento continuo. En cambio, han decidido desactivar el buque durante los próximos tres años.

La armada de Brasil aclaró que realizarán "un programa para obtener un nuevo paquete de aeronaves navales y un portaaviones" después de completar los programas de submarinos nucleares y el programa de construcción de la corbeta Tamandaré, los cuales ocupan un lugar prioritario en el plan estratégico brasilero.

A pesar de que ya tenía 37 años de servicio activo en el momento de su adquisición, el buque cumplió su misión a cabalidad durante sus primeros años de servicio con la flota brasileña, permitiendo a la Marina calificar a pilotos en operaciones navales desde portaaviones utilizando aviones de combate de alto rendimiento.

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