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(Mónica Holguín / Mindefensa) - En lo corrido de 2017, 35 mil metros cuadrados en los Montes de María han sido despejados de minas antipersona, gracias al trabajo de la Agrupación de Explosivos y Desminado de Infantería de Marina, que le ha dado a los pobladores de este territorio una nueva esperanza para vivir en paz. Se espera que al finalizar el año el despeje haya llegado a los 70 mil metros cuadrados.

Wilfran Cantillo ha vivido sus 54 años en la vereda El Callao, del municipio de Zambrano (Bolívar), en un corregimiento que hace parte de los 15 municipios que comprenden los Montes de María.

En 1999 Cantillo y su familia fueron obligados por las Farc a irse de su finca Villa Karina, una situación que le arrebató, como a los más de 6 millones de desplazados en el país, la libertad de vivir en la tranquilidad del campo. 

“Por cuestiones del conflicto, nos vimos en la necesidad de abandonar nuestro territorio, nuestra vereda, nuestra casa. Pero el 3 de abril de 2007 logré retornar a mis tierras, con unos cuantos compañeros y amigos”, dijo Cantillo.

Él afirma que la razón por la que volvió a su finca es porque en esa época “un grupo del Ejército Nacional se metió e hizo un trabajo con la seguridad del territorio y así pudimos entrar”. De ahí en adelante, ha vivido sus días ya no con la zozobra de la guerra, sino con el temor de sus secuelas.

“Ya no hay combates, como antiguamente, pero el miedo que ahora tenemos los campesinos es por esas minas que dejaron sembradas los de las Farc. Eso no nos deja trabajar porque labramos la tierra con miedo”, señala el campesino que comparte su vida con 8 perros.

Los Montes de María es uno de los territorios del país que por más de 30 años fue parte del conflicto armado.

Para Cantillo, quien hace un año conoció el trabajo de la Agrupación de Explosivos y Desminado de la Infantería de Marina, la labor de estos hombres es de un valor incalculable por el riesgo que corren cada día desminando centímetro a centímetro, para liberar ese territorio de minas antipersona.

“La labor que está llevando en este lugar la Infantería de Marina reconozco que es de valientes por enfrentarse de cara a la minas. Yo quiero reconocer mucho el trabajo de estos muchachos, porque a veces por cuestiones de dificultad en el camino, no pueden acceder con facilidad a los territorios que van a desminar”, dijo Cantillo.

Trabajo duro

El desminado que realiza la Agrupación de Explosivos y Desminado de la Infantería de Marina, es mecánico y manual. Su principal herramienta es una máquina barreminas Dok ING de fabricación croata, adquirida por la Armada Nacional hace un par de años para este trabajo, que va de la mano con el que realizan los infantes desminadores. Esta máquina pesa 5.6 toneladas y su manejo es a control remoto.

“Somos la única organización en el país que en este momento tiene autorizado el trabajo con desminado mecánico. Tenemos en los Montes de María desminado manual y mecánico, y los desminadores están ubicados en varias partes de esta región”, explicó el teniente de Infantería de Marina Juan Sebastián Noreña.

Sin embargo, para el desminado manual los infantes se capacitan anualmente en diferentes técnicas, en la utilización de artefactos utilizados en el campo a desminar, y en cómo preservar su vida en esta delicada labor.

El trabajo de la agrupación no es suave. Los desminadores se levantan a las 5:00 a.m., se preparan, forman y, si no están bien anímicamente, es mejor no salir ese día a la labor para evitar un traspié que pueda costarles la vida. Luego recorren de 5 a 8 kilómetros a pie y bajo temperaturas de 38 a 40 grados centígrados, para cumplir con las metas diarias, semanales y mensuales de desminado. 

A parte de las metas, el máximo esfuerzo que hacen los desminadores es con la población, quienes no solo los ven como héroes que arriesgan sus vidas para que ellos vivan y trabajen el campo en paz, sino como manos amigas que les colaboran con alguna calamidad doméstica.

“A nosotros nos quieren porque les ayudamos a los campesinos con pequeñas cosas, somos respetuosos con sus familias y por supuesto estamos al servicio de convertir este territorio en un lugar lleno de paz”, indicó el cabo segundo Luis Enrique Díaz, líder desminador de la zona peligrosa #18 en los Montes de María.

Aunque el trabajo de desminado es difícil y delicado, los campesinos aseguran que tendrán la felicidad más grande el día que entreguen los Montes de María como un territorio libre de minas. “Para nosotros será la felicidad más grande, porque con más seguridad podremos trabajar en paz nuestras tierras”, puntualizó Cantillo.

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