La formación rusa estuvo integrada por dos Tu-95 Bear (el mismo modelo que sobrevoló la zona hace dos semanas), que a su vez estuvieron acompañados por dos cazas Su-35. La respuesta norteamericana se produjo con dos cazas furtivos F-22 que se encontraban patrullando la zona, a 50 kilómetros de Chariot, en Alaska, según detalló la cadena Fox News.
Las autoridades estadounidenses comunicaron que los aviones rusos no portaban armas y que se mantuvieron dentro del espacio aéreo internacional durante todo el vuelo.
En abril pasado, los militares estadounidenses informaron que bombarderos rusos estuvieron patrullando el espacio aéreo cerca de Alaska durante cuatro días.
Aunque los aviones rusos nunca violaron el espacio aéreo estadounidense, se encontraban en la llamada zona de defensa aérea de EEUU y Canadá, que exige la interceptación inmediata de cualquier aeronave no identificada o potencialmente hostil.
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